“Queremos jubilarnos y poder coger a nuestros nietos en brazos sin que nuestra salud nos lo impida”

Félix Potenciano Aguilera, Coordinador estatal de Piscifactorías y Acuicultura Marina de CGT de Mar y Puertos, buzo profesional

“Queremos jubilarnos y poder coger a nuestros nietos en brazos sin que nuestra salud nos lo impida”

Entre tantas reuniones de los sindicatos con las administraciones, de particulares en despachos y de todos los colectivos movilizados para trasladar la realidad del sector a los grupos parlamentarios que tendrán que valorar la cifra definitiva a aplicar al coeficiente, ha sido Félix Potenciano Aguilera quien se enfrentó a la tarea de exponer la experiencia de un buzo profesional en sede parlamentaria.

Potenciano reside en Almería desde hace 20 años y desarrolla su trabajo dentro del sector de la acuicultura. Es madrileño de nacimiento y un sindicalista con una trayectoria activa en la defensa de los derechos de los trabajadores. En la actualidad, es coordinador estatal de Piscifactorías y Acuicultura Marina en la Confederación General de Trabajadores (CGT) de Mar y Puertos, además de ser el enlace sindical en la empresa donde trabaja.

SubaQuatica Magazine ha querido compartir estás líneas con él, para conocer sus sensaciones tras la comparecencia en el Congreso de los Diputados y saber cómo ha sido la preparación del camino hacia el atril de la Comisión donde se debate el proyecto de Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera y la Reforma de la Ley 47/2015 que ocupa las principales páginas de esta revista.

 

P – ¿Cómo vive un ciudadano de a pie la tarea de exponer en el Congreso un tema tan importante para sus compañeros de profesión?

R- Con mucha responsabilidad y con mucho respeto. Hablar en público ante las personas de las que depende el futuro de nuestro colectivo es una tarea muy comprometida y requiere mucha prudencia sobre lo que es oportuno decir. Sientes miedo de poder decir algo que no proceda, ya que por unos minutos tuve que ser el portavoz de todo un colectivo, de muchos compañeros que llevan años esperando poder tener el derecho a una jubilación digna y gente con años de lucha en este sentido. A todos se nos va la vida en esto. Como solemos decir coloquialmente, ¡es un papelón!

Pero era la mejor oportunidad para exponer nuestras demandas con todos los grupos políticos en la sala y poder transmitirles el mismo mensaje y al mismo tiempo, ya que somos un sector desconocido para el gran público. Además, en un espacio de debate que cobra la trascendencia oportuna para captar la máxima atención de todos.

Era importante que un trabajador pudiese explicar los riesgos que corremos a diario, cuáles son nuestras preocupaciones de cara al futuro en el que dejemos de trabajar. Que entiendan que nos podemos ahogar en una cuarta de agua y trasladar todo ese contexto en el que nos movemos día a día, antes de pasar a plantear nuestras demandas.

A partir de ahí, propuse un índice del 0,40 por ciento en nombre de todos los compañeros, ya que todos entendemos que un 0,15 por ciento es insuficiente y no responde para nada a las necesidades de nuestro sector laboral. Sufrimos muchos achaques a lo largo de nuestra carrera y siempre te preguntas en qué estado de salud voy a llegar a mi jubilación. Así que había que transmitir a los parlamentarios algo tan sencillo como, poder llegar a ese momento pudiendo agacharte a coger en brazos a tu nieto. Estamos pidiendo lo que creemos que nos pertenece.

Por supuesto, hemos pedido que su entrada en vigor tenga carácter retroactivo para que esta reforma tenga sentido. Ahora se nos jubilan un buen número de compañeros en activo que se han dejado un poco de su vida en cada inmersión y es necesario que a ellos se les compense ese esfuerzo. Si no fuera así sería decepcionante.

Además, tenemos amigos que han sufrido accidentes graves y a día de hoy están en malas condiciones de salud. Si se recuperan y tienen que seguir entrando al agua sería frustrante para todos.

En general, creo que todo fue bien y entre todos los compañeros que preparamos esta exposición, logramos trasmitir correctamente el mensaje a los parlamentarios. 

“Creo que hemos logrado trasladar el mensaje que queríamos en el Congreso de los Diputados. Los parlamentarios parecen que nos han entendido bien y están alineados con nuestra causa. Estamos esperanzado en que podemos lograr el aumento del coeficiente corrector”

¿Cómo fue tu camino hasta el atril y quien te animó a hablar en la Comisión?

La idea de que un buzo hablase directamente en la Comisión para el debate sobre la reforma de la Ley 47/2015 fue del grupo parlamentario de Unidas Podemos; ellos me propusieron subir al atril a contarles al resto de grupos nuestra situación.

Las semanas previas habíamos mantenido diferentes reuniones con otros grupos político, con el objetivo de buscar apoyo parlamentario y que todos comprendieran de primera mano la importancia de elevar el índice del coeficiente reductor para los buzos profesionales.

También tengo muy presente la visita que desde CGT hicimos al Instituto Social de la Marina (ISM), donde nos recibió su directora, Elena Martínez Carqués, que se mostró muy comprometida con nuestra causa. Durante el encuentro hablamos de lo insuficiente que nos parecía tener un coeficiente de solo el 0.15, algo en lo que la propia directora coincidía y entendía que no debía de ser menor a un 0.30. Ella nos recomendó buscar ese apoyo parlamentario y ese contacto con los grupos que tienen la tarea de decidir sobre esta reforma de Ley.

¿Qué consideras que ha sido lo más difícil para ti en todo este capítulo?

Explicar en un corto periodo de tiempo tantas cosas importantes de nuestra profesión, Es muy complicado: los riesgos a los que nos exponemos, las enfermedades profesionales o las discapacidades que otros compañeros están sufriendo, entre otras muchas. Pero sin duda había que hacer hincapié en la salud.

Las inmersiones que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida laboral, van haciendo mella en nuestra salud física y mental. Aunque te cuides, siempre te expones a las enfermedades y patologías, que en mayor o menor grado siempre aparecen. Con frecuencia piensas ¿dónde voy a ir si me ocurre algo? Esta incertidumbre había que contarla a los parlamentarios, porque el cálculo de coeficiente reductor tiene que ver con una cuestión de salud y en nuestra profesión tenemos unas condiciones muy especiales.

Afortunadamente, he tenido la ayuda de otros compañeros y sobre todos de algunos expertos en materias concretas como la medicina hiperbárica. Era importante trasladar datos refrendados sobre nuestra situación a nivel médico, para que los parlamentarios puedan valorar el nivel de penosidad de los buzos. Para ello he contado con la ayuda de Ignacio Ayerra Poyal, especialista en Medicina Hiperbárica, que se prestó desde el principio a colaborar, respaldando los datos de la exposición y entregando incluso su curriculum como complemento. ¡Hasta cinco veces me personé en su consulta! Donde me recibió siempre con las puertas abiertas.

También los datos que el doctor Serafín Balanza Galindo ha proporcionado a otros compañeros sindicales, fue de gran ayuda en la exposición y aprovecho la oportunidad para darles a ambos las gracias.

Los buzos estamos orgullosos de nuestra profesión y cuando decidimos dedicarnos a esto, sabemos que es un trabajo duro, pero necesitamos que se nos proteja.

Además tuviste que enfrentar preguntas de los parlamentarios.

Efectivamente y esa era otra de las cuestiones que me preocupaba mucho. Es decir, poder responder de buen grado a lo que me iban a plantear. Pero las preguntas de todos ellos fueron muy llevaderas y todos se alinearon con nuestra causa. Hay que pensar que somos un buen grupo de compañeros quienes desde los sindicatos llevamos mucho tiempo trabajando para transmitirles nuestros problemas y el porqué de la necesidad de tener un coeficiente reductor que nos haga justicia. Así que hemos recorrido un largo camino hasta llegar al Congreso y todo eso ha sido de gran ayuda para que los parlamentarios en la sala nos entendieran mejor.

En todo esto hay que señalar la importancia que tuvo el vídeo que proyectamos en la sala, en el que mostramos imágenes de nuestras inmersiones y donde mantuvimos el sonido de la respiración del buzo. Toda una experiencia que los parlamentarios valoraron muy positivamente y que sirvió para que sintieran de alguna manera cómo enfrentamos nuestro trabajo bajo las aguas. Era importante sensibilizar la exposición y humanizar el mensaje. Yo traté de explicarles qué sentimos los buzos en cada inmersión y creo que el vídeo fue de gran ayuda.

En definitiva, creo que logramos que nos entendiesen y el turno de preguntas de todos los grupos políticos fue muy llevadero.

¿Qué mensaje lanzarías a los compañeros que esperan la resolución final de este tema?

Sobre todo trasmitirles la sensación que tuve durante aquella sesión y es que hay mucha gente que nos apoya. Tras mi intervención, fueron muchos los que entre bastidores se acercaron a mostrar su apoyo y se sintieron muy sensibles con nuestra causa. Eso es algo que anima mucho y te da esperanzas para que finalmente podamos lograr nuestro objetivo.

Desde la intervención hemos notado mucho interés por parte de muchos grupos políticos y de otras áreas relacionadas con el buceo, que nos muestran su apoyo y nos abren sus puertas. De alguna manera sentimos que todos navegamos en la misma dirección y eso te termina emocionando.

Además, hemos visto como en los últimos meses la lucha por conseguir el coeficiente se ha acelerado, con los cual tenemos esperanzas de que todo esto se materialice con éxito muy pronto.

Tras la lucha por el coeficiente reductor ¿cuáles son los próximos problemas a resolver?

Pues debemos aprovechar este tirón y continuar resolviendo otras cuestiones que tenemos pendientes, como solicitar la modificación de algunos aspectos del Real Decreto 550/2020 que regula en buceo en aguas marítimas, crear un censo de buzos profesionales en España, actualizar las tablas salariales o pedir una revisión de las enfermedades profesionales. Para nosotros, un simple catarro es una situación que nos impide trabajar con normalidad, ya que puede ser peligroso hacer una inmersión en ese estado.

Al final siempre hablamos de salud y la letra pequeña de nuestras enfermedades hay que esclarecerla porque nos traen muchos problemas.

Pero en conclusión, debemos mantenernos unidos todos los buzos y sindicatos en estos momentos y tomar el impulso que hemos tomado con este tema de la jubilación y aprovecharlo para mejorar nuestra profesión. Corren buenos tiempos para eso.

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