El desarraigo familiar y la temporalidad, dos razones de peso para elevar el coeficiente para los buzos

Rafael Villegas y Luis Torcida, representantes de SEB – Solidaridad y los senadores Juan María Vázquez Rojas y Francisco Bernabé Pérez

 

El desarraigo familiar y la temporalidad, dos razones de peso para elevar el índice del coeficiente reductor para los buzos

Los esfuerzos del Sindicato Español de Buzos Profesionales (SEB-Solidaridad) se han centrado en las últimas semanas en aportar más motivos para el incremento del coeficiente corrector y  desarrollarlos con cuestiones relacionadas con la peligrosidad o las enfermedades que sufren los trabajadores subacuáticos, entre otras.

“Creemos que hay aspectos del buceo industrial muy importantes que destacar para el incremento del coeficiente corrector. Es por eso que nos vemos en la necesidad de exponer nuevos puntos de vista que refuerzan la argumentación para solicitar un aumento sustancial del coeficiente corrector que de salida marca el Ministerio, 0,15, hasta alcanzar un mínimo de 0,40%”, expone Rafael Villegas, representante del sindicato.

Desde el SEB se alinean con la opinión del resto de sindicatos que apelan por la subida del índice, teniendo en cuenta todos los condicionantes laborales que suponen la exposición al medio hiperbárico, al que definen como un medio hostil para la vida humana. El sindicato ratifica lo expuesto por los buceadores acuícolas, con quienes comparten sus reivindicaciones, recordando que la propia Ley de Prevención de Riesgos Laborales reseña en su anexo I que el buceo profesional es “de alto riesgo y especial vigilancia a la salud”.

“Al igual que los marinos mercantes, los buzos también sufren el desarraigo familiar, pues se desplazan largas temporadas lejos del hogar”

Sin embargo, hacen hincapié en otros condicionantes, como por ejemplo son el desarraigo familiar y la temporalidad laboral. “Haciendo una comparativa con el coeficiente corrector del 0,40 por ciento que se aplica a la Marina Mercante, entendemos que en el caso de los buzos profesionales la situación es la misma. Nuestros trabajadores, por regla general, se desplazan lejos de su residencia habitual durante meses, con frecuencia a países extranjeros y en multitud de ocasiones lo hacen embarcados. Otra de las circunstancias es la temporalidad de los trabajos en el sector comercial o industrial del buceo, ya que para llegar a cotizar 12 meses se precisa de dos o más años a causa de los ceses de contratación o la ausencia de actividad, generalmente de obra pública estatal”, expone el SEB.

La tercera cuestión de importancia que la asociación sindical expone es el uso de maquinaria pesada y procedimientos de trabajo que obligan a movimientos de grandes pesos y estructuras o la exposición a elementos que son perjudiciales para la salud, como por ejemplo los áridos, las aguas residuales, o la baja o nula visibilidad que soportan durante sus inmersiones.

En conclusión, el SEB ha expuesto que el buzo desarrolla su profesión a diario en un medio hostil, portando un equipo de entre 30 y 40 kilogramos de peso que le proporciona el soporte vital para reducir al máximo los riesgos.

Por todos los datos aportados, solicitan el incremento del índice hasta el 0,40 por ciento, precisando la importancia del carácter retroactivo de la ley. “Es muy importante apuntar que se aplique con carácter retroactivo, pues resultaría tremendamente injusto que aquellos que ya han desarrollado su vida laboral en esta profesión se vieran excluidos de este derecho, que llevamos reclamando ya desde hace más de 15 años los sindicatos y la patronal de forma conjunta”, concluye el SEB.

Los orígenes del SEB se remontan al año 2000 y durante su trayectoria estuvo presente en trámites para las mejoras logradas para el sector en estos últimos años

El sindicato también ha querido que se tenga en cuenta el valor estratégico e imprescindible del trabajo del buceo industrial para la construcción y mantenimiento de infraestructuras de vital importancia para el país como los puertos, puentes, las plantas nucleares, hidroeléctricas o térmicas, donde realizan su labor, así como las aguas negras de las depuradoras donde bucean, redes de aguas residuales o los emisarios para los vertidos y las tuberías de captación para la industria o suministro de agua para las plantas desaladoras, entre otras. En definitiva, insisten en su condición de sector que provee de servicios insustituibles.

Orígenes del SEB

SEB-Solidaridad es un sindicato formado exclusivamente por buzos y buceadores profesionales, cuyo objetivo es la unión en defensa de los intereses del colectivo. A pesar de que sus orígenes se remontan al año 2000, durante la celebración del IV Congreso Nacional de Buceo Profesional celebrado en Málaga, algunos de sus nuevos miembros han retomado con fuerza su actividad después de años de hibernación.

Desde su creación, ha mantenido reuniones con múltiples organismos públicos y con los Ministerios competentes en materia de buceo y ha estado presente en mesas de trabajo creadas por organizaciones gubernamentales. Ha participado en algunas mejoras legislativas en materia de seguridad, así como en otros asuntos de orden social que conciernen a la profesión.

“Participamos activamente en la negociación del primer convenio colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos, de forma conjunta con el desparecido sindicato PROMEGA, todo un hito que abrió el camino de muchos cambios normativos, que pasó a mayor grado en el año 2012 con la firma del II Convenio Colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos, documento que integró en su modificación de 2016 las Normas de Seguridad de Actividades Subacuáticas, reconocidas por los organizamos competentes en nuestra industria y por futuras normativas”, explica Luis Torcida, vocal de Seguridad del SEB.

Dichas normas pretendían adecuarse a los procedimientos y equipamientos propios del momento, puesto que la norma a nivel estatal había quedado obsoleta y “en casi 20 años la administración no había introducido ninguna mejora, provocando que la falta de vigilancia, la obsolescencia y el incumplimiento durante estos años, dispararan las cifras de sinestralidad de forma alarmante”, explica el sindicato.

Gracias a la publicación de las Normas de Seguridad se lograron reducir las cifras de siniestralidad considerablemente, teniendo en cuenta el alto nivel que registró España en fechas anteriores a la publicación del documento.

SEB-Solidaridad no tiene trabajadores liberados ni percibe ningún tipo de ayuda o subvención, se financia exclusivamente de las cuotas de sus afiliados y son los responsables del soporte económico necesario para las gestiones que realiza el sindicato.

A pesar de que en varias ocasiones ha estado agrupado con otras agrupaciones sindicales (como sendas etapas con PROMEGA y SAME), siempre ha conservado su independencia y ha estado integrado por trabajadores; no ha tenido orientación política alguna y no ha contado con trabajadores liberados o ayudas externas.

A principios de 2022, la agrupación sindical inició una nueva etapa, en unión con el sindicato Solidaridad. Fieles a su ideal de defensa de los buzos, mantendrán las mismas líneas de actuación que han desarrollado hasta la fecha, tanto con el SAME como, anteriormente, con PROMEGA.

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