Narcosis por nitrógeno: la ‘borrachera’ del buzo o de las profundidades

Intoxicaciones por gases inertes

La narcosis es un cuadro tóxico común a todos los gases inertes. Al ser el aire el gas más utilizado en buceo, nos referimos en este artículo a la narcosis por nitrógeno. El cuadro de narcosis recibe la denominación de ‘borrachera de las profundidades’ o ‘borrachera del buzo’, por la aparente similitud con el cuadro de intoxicación etílica.

El nitrógeno en el buceo

En física, el nitrógeno se considera un gas inerte, ya que no interviene en el metabolismo oxidante. Es decir, nuestro organismo realmente no lo necesita. Al contrario de lo que sucede con el oxígeno, que se asimila por el cuerpo, el nitrógeno es expulsado en las exhalaciones en el mismo porcentaje que es inhalado.

El cuerpo no quema el nitrógeno como combustible. Como resultado de este proceso todo el nitrógeno respirado eventualmente se expulsa.

Intercambio gaseoso a nivel alveolar | G. Mauvecin

Sin embargo, inerte no significa inofensivo. Cuando el nitrógeno satura los tejidos debido a la presión y se emerge a una velocidad mayor de la debida, se forman burbujas de nitrógeno en nuestro cuerpo, lo que provoca la llamada enfermedad descompresiva.

Cuándo se produce

La narcosis nitrogenada se produce cuando se respira aire comprimido a profundidades superiores a los 30 metros (o 3 ATA) durante un tiempo prolongado, una situación que produce la elevación de la presión parcial de nitrógeno en los tejidos y que puede ejercer un efecto anestésico similar al del óxido nitroso.

El cuadro de intoxicación se caracteriza por una inhibición del sistema nervioso central que afecta especialmente a funciones mentales superiores, como la inteligencia, la memoria o la coordinación. Es totalmente reversible al disminuir la presión parcial y no deja ningún tipo de secuelas, aunque su aparición puede ocasionar importantes complicaciones para el buzo durante la inmersión, como el ahogamiento o una descompresión incompleta.

La narcosis nitrogenada es una dolencia reversible, en tanto que el buzo se recupera de sus síntomas cuando abandona la profundidad límite y la presión del gas disminuye

No se han terminado de aclarar con certeza los mecanismos a través de los cuales se produce esta intoxicación. Algunos autores lo atribuyen a un efecto directo de la presión sobre las neuronas. Otros lo relacionan con las modificaciones que se producen en la presión parcial de O2 y CO2 durante el buceo.

Pero la mayoría de las teorías existentes coinciden en achacar este cuadro al efecto del gas inerte sobre la membrana neuronal, cuyos posibles mecanismos son la expansión de la membrana neuronal por encima de un volumen crítico; la alteración en la producción de algunos neurotransmisores; la modificación en la polaridad de la célula nerviosa o incluso, el bloqueo de proteínas en las neuronas cerebrales, según los estudios más recientes.

Sintomatología

La narcosis por nitrógeno (también llamada comúnmente ‘éxtasis de las profundidades’ o ‘borrachera del buzo’) produce signos y síntomas similares a los de la intoxicación etílica, lo que conlleva una merma de las capacidades mentales y motrices del buzo, entre las que destacan el deterioro del rendimiento intelectual y neuromuscular o cambios en el comportamiento y en la personalidad).

En profundidades superiores a 91 metros pueden aparecer, además, alucinaciones y pérdida de la consciencia.

Debido a que los buceadores se recuperan rápidamente durante el ascenso, el diagnóstico de esta dolencia suele basarse en una encuesta médica posterior (anamnesis).

Tercer Congreso Nacional de Medicina Hiperbárica | ASEMHS

Historia

Desde el siglo XIX se ha tenido la percepción de que los buzos veían alteradas sus capacidades durante las inmersiones a determinadas profundidades.

Ya en 1835, el científico francés Victor T. Junod apuntó de una forma peculiar que en los hombres que respiraban aire comprimido, las funciones del cerebro se activaban, la imaginación era muy vívida, los pensamientos tenían un encanto particular y, en algunas personas, hasta presentaban signos de intoxicación.
Varias décadas después, en 1861, J.B. Green describió sensación de sueño, alucinaciones, y alteraciones en el juicio en esas mismas situaciones.

En 1932, L. Hill y A.E. Phillips atribuyeron dichas alteraciones a las impurezas del aire respirado a través de los compresores, fundamentalmente monóxido de carbono, vapores de aceite o anhídrido carbónico.
Tres años más tarde, el doctor Albert Behnke fue el primero en relacionar esta sintomatología en los buzos con el aumento de la presión parcial del nitrógeno.

Ley del Martini

Como hemos apuntado, algunos estudios y publicaciones compraran la narcosis por el efecto de este gas al producido por la ingesta de alcohol. Esta comparación rerivó en la denominada comúnmente ‘Ley del Martíni’, en una comparación irónica que dice que a 30 metros de profundidad el nitrógeno produce en el buzo un efecto similar a beberse un Martini con el estómago vacío.

Según esta teoría, que no se ciñe a ningún estudio científico, cada 15 metros más que se desciende, equivalen a haber ingerido otra copa más del citado cóctel.

Claro está que en tierra, los efectos del alcohol ingerido varían según la persona. Pero bajo el agua, las condiciones de esfuerzo físico y de percepción cambian drásticamente.

El tiempo necesario para experimentar narcosis o intoxicación por alcohol, son diferentes. Lanarcosis ocurre de inmediato al llegar a la profundidad de 30 metros o más y desaparecerápidamente al disminuir dicha profundidad, lo que lo clasifica como un efecto totalmente reversible.

Sin embargo, el alcohol tiene un ligero retardo entre la ingestión y la intoxicación, ya que ha de producirse un proceso metabólico.

Buzo comercial en saturación | US Navy

Prevención

La prevención de esta dolencia comienza con una adecuada programación y preparación de la inmersión, teniendo en cuenta la profundidad a la que se va a desarrollar y controlando los tiempos de fondo.

Es importante, por ello, contar con la participación de un supervisor y aplicar las tablas procedentes. Previamente, el buzo debería estar bien descansado, hidratado y haber evitado el consumo de alcohol u otras sustancias nocivas.

El tratamiento inmediato durante la inmersión pasa por realizar un ascenso inmediato pero controlado. En otras operaciones de buceo, la narcosis por nitrógeno puede prevenirse usando helio (en lugar de nitrógeno, como en el aire comprimido estándar) para diluir el oxígeno en las inmersiones profundas, porque el helio carece de las propiedades narcóticas del nitrógeno.

Sin embargo, usando mezclas de helio puro y oxígeno en inmersiones profundas (profundidades mayores de 180 metros), aumenta el riesgo de presentar síndrome neurológico de alta presión, que precisa un tratamiento supervisado por un médico hiperbárico.

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