Mantener libres las vías aéreas es vital durante el rescate de un buzo

Las vías respiratorias durante el rescate de un buzo
En el número 28 de la revista SubaQuatica, incluimos un amplio reportaje que abordaba las claves para llevar a cabo de forma exitosa el rescate de un buzo inconsciente durante una operación subacuática.
Se trata de una intervención delicada que representa uno de los mayores desafíos en el buceo comercial.
Este tipo de emergencia requiere una respuesta inmediata y meticulosamente coordinada, en la que cada segundo cuenta para preservar la vida.
Según el especialista argentino Hernán Rodríguez, cinco elementos fundamentales deben coincidir para que un rescate sea exitoso: equipamiento adecuado, un equipo humano suficiente, capacitación especializada, entrenamiento constante y una reanimación cardiopulmonar (RCP) de alta calidad.
De especial importancia es la capacidad de intervenir de forma rápida para asegurar la permeabilidad de las vías respiratorias del buzo accidentado. La obstrucción de estas vías, común en casos de inconsciencia bajo el agua, puede llevar en pocos minutos a la hipoxia, daño cerebral irreversible o incluso la muerte.
Por ello, resulta crítico contar con herramientas que faciliten una alineación y manejo inmediato de las vías aéreas, lo cual introduce la relevancia de dispositivos como el DAVA (Dispositivo de Alineación de Vías Aéreas).
En este contexto, el presente documento, desarrollado también por Hernán Rodríguez, profundiza en los procedimientos adecuados para implementar el DAVA en un escenario de rescate, integrándolo como un recurso que puede resultar clave en la cadena de supervivencia y reforzando así las posibilidades de éxito en este tipo de operaciones de alto riesgo.

En el ámbito del buceo comercial, uno de los desafíos más críticos y urgentes es el rescate de un buzo inconsciente bajo el agua. En estas situaciones, la prioridad absoluta es mantener permeable la vía aérea del buzo durante todo el proceso de rescate. Sin embargo, diversos factores como la posición de la cabeza, la dirección de las fuerzas de izado y el peso del equipo —ya sea un casco o una máscara facial completa— pueden provocar una obstrucción silenciosa pero letal.
Estudios de campo, análisis de accidentes reales y años de experiencia profesional han demostrado que los métodos actuales de izado no siempre garantizan la alineación adecuada de la vía aérea. Esto puede derivar en una obstrucción total del flujo respiratorio, incluso antes de que el buzo alcance la superficie.
Este tipo de complicaciones rara vez son visibles a simple vista y, lamentablemente, suelen pasar desapercibidas hasta que es demasiado tarde.
Frente a esta realidad nace el Dispositivo de Alineación de Vías Aéreas o DAVA. Este sistema ha sido diseñado específicamente para activarse bajo el agua, asegurando la apertura y mantenimiento de la vía aérea desde el primer momento del rescate.

Su función es crítica: mantener la cabeza en una posición óptima, prevenir la sobre distensión pulmonar y evitar que el peso del equipo o la acción de la gravedad provoquen el cierre de la tráquea durante el izado. De este modo, se garantiza que el buzo alcance la superficie del agua con la vía aérea permeable y funcional, permitiendo una transición inmediata y segura hacia la fase aérea del rescate, ya sea mediante LARS, canasta o sistema de poleas.
El DAVA representa una solución concreta, eficaz y de rápida aplicación. Es compatible con los principales equipos de buceo comercial, y su uso no requiere alterar los procedimientos estándar ya establecidos. Su diseño busca integrarse con facilidad, respetando las rutinas operativas del equipo de rescate.
Este documento reúne la información técnica, evidencia práctica y experiencias reales que sustentan la importancia del DAVA como herramienta transformadora en el ámbito del rescate subacuático. Su integración en los protocolos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Análisis de un accidente real
El testimonio del buzo Pierre Le Fèvre se ha convertido en un excelente ejemplo para estos casos. El 9 de mayo de 2016, durante la fase de desmantelamiento de la plataforma petrolífera Murchison (Mar del Norte), a 156 metros de profundidad, una explosión de escoria lo alcanzó de frente mientras realizaba los últimos 25 mm de un corte.

Pierre se encontraba trabajando desde el buque Bibby Polaris. El impacto lo dejó inconsciente, mientras que el buzo Scott Bourne, quien se hallaba a solo 3 o 4 metros de distancia, resultó conmocionado y con tinnitus en ambos oídos.
Pierre describe la sensación como si hubiera recibido un mazazo en la frente. Incapaz de respirar pese a sus intentos, en el audio del rescate solo se escucha lo que él describe como “el jadeo de la muerte”.
El rescate fue llevado a cabo por Scott, quien, pese a su propio estado físico, actuó con gran eficacia.
El asistente de campana (o Bellman), Graham Hall, no esperó instrucciones desde superficie para inundar la campana, liberar la plataforma de buceo y tener lista la máscara KMB-18 para una posible intervención.
Una vez asegurado el mosquetón en el anillo dorsal del arnés de Pierre, ese pequeño tirón podría haber sido suficiente para reactivar su respiración, a lo que él se refiere como “el segundo mejor aliento después del nacimiento”.
La operación fue registrada por un ROV, y el tiempo sin respiración fue de 3 minutos y 14 segundos, aunque el vídeo se interrumpe antes. Este caso fue analizado en el canal de YouTube ‘The Human Diver’ de Gareth Lock, especialista en estudiar los factores humanos en buceo.
Pierre destaca que uno de los motivos por los cuales el rescate fue exitoso es que, en cada proyecto, realizaban simulacros regulares de rescate: buzo uno, buzo dos, y generalmente el asistente al final del turno de campana.
Tras una larga descompresión, Pierre resultó con un tímpano perforado, conmoción y un fuerte dolor de cabeza que le duró una semana.
Fue tratado con éxito en la unidad hiperbárica de Lévis, Quebec, donde una especialista en otorrinolaringología logró recuperar su audición.
Pierre realizó el curso de instructor de corte submarino en 2018 con John Carl Roat, a quien cita como referencia clave.

Con generosidad, pone su experiencia a disposición de otros buzos para ayudarles a evitar situaciones que, como él mismo señala, casi le cuestan la vida.
Este caso expone con claridad la importancia de mantener abiertas las vías respiratorias en situaciones reales, fuera de escenarios controlados y planificados.
Vías respiratorias
Durante el izado de un buzo inconsciente, la permeabilidad de la vía aérea se convierte en un factor determinante para su supervivencia.
Sin embargo, la vía aérea puede cerrarse sin generar señales visibles, lo que la convierte en una amenaza silenciosa.
La lengua, por efecto de la pérdida de tono muscular y la gravedad, puede desplazarse hacia atrás y bloquear el paso del aire.
Esto puede suceder aun cuando desde el exterior el buzo no presente signos evidentes de obstrucción.
A esto se suma la influencia directa de la posición de la cabeza. La alineación incorrecta del eje cabeza-cuello-tórax puede causar una obstrucción parcial o total de la tráquea.
Una hiperextensión o flexión excesiva, provocada por el tipo de arnés o punto de tracción, puede comprometer severamente la vía aérea. Estas condiciones pueden agravarse aún más con el peso de los cascos o máscaras, que ejercen presión adicional sobre las estructuras cervicales y respiratorias.
Por estas razones, el control de la vía aérea debe considerarse una prioridad desde el momento mismo del ascenso bajo el agua. Una vía aérea abierta no solo garantiza oxigenación inmediata si se logra iniciar ventilación, sino que también reduce la probabilidad de daño pulmonar por sobrepresión, colapso respiratorio o aspiración.
Comprender y anticipar estos riesgos es esencial para todo el personal involucrado en operaciones de rescate. Solo mediante una intervención oportuna y alineada con los principios anatómicos básicos, se puede asegurar una vía aérea funcional hasta la superficie.
Gravedad y posición corporal
La fuerza de gravedad puede provocar que la cabeza se incline excesivamente hacia adelante o hacia atrás, dependiendo del punto de izado y la forma en que el arnés esté conectado.
Una inclinación hacia atrás puede cerrar las vías aéreas, mientras que una inclinación hacia adelante podría causar compresión traqueal si el mentón presiona el pecho o el arnés en un ángulo inadecuado.
Además, el peso de cascos o máscaras de buceo (hasta 14,5 kg o 32 libras) puede aumentar la presión sobre la vía respiratoria, especialmente si se produce una flexión durante el izado.
Evaluación y manejo de las vías aéreas
La correcta alineación de la cabeza y el cuello de un buzo inconsciente es fundamental para mantener las vías respiratorias abiertas durante el rescate.
Contrario a la creencia común, una hiperextensión del cuello puede resultar perjudicial, ya que en posición vertical —como ocurre durante el izado— esta postura puede causar el colapso de la lengua y la epiglotis sobre la entrada de la laringe, obstruyendo la vía aérea.

La evidencia anatómica y fisiológica sugiere que la posición más segura para mantener la vía aérea permeable en un buzo inconsciente suspendido verticalmente es una alineación neutra de la cabeza con una posición de olfateo. Buscando la mayor distancia entre el mentón y el pecho. Esta postura permite que la gravedad desplace la lengua hacia el piso de la boca en lugar de la faringe, minimizando el riesgo de obstrucción.
Además, esta posición reduce la posibilidad de compresión traqueal por contacto del mentón con el pecho o el arnés, y mejora la mecánica respiratoria en caso de que existan movimientos ventilatorios espontáneos mínimos.
Debe evitarse tanto la flexión excesiva del cuello como la hiperextensión, ya que ambas posturas pueden comprometer gravemente la vía aérea.
En operaciones con arnés, garantizar esta alineación requiere considerar el punto de izado, el tipo de equipo utilizado y, en algunos casos, el uso de dispositivos diseñados específicamente para mantener esta posición, como el DAVA.

Su correcta utilización permite mantener de forma constante la postura ideal durante toda la fase de izado, incluso en condiciones adversas. Por ello, es imprescindible que el equipo de rescate reciba capacitación adecuada y práctica regular para aplicar estas medidas de manera efectiva.
El DAVA en acción
Uno de los momentos más críticos ocurre durante el izado del buzo accidentado, cuando su cuerpo es elevado desde el fondo hacia la superficie. Durante este proceso, mantener la vía aérea abierta es esencial para preservar la oxigenación, especialmente si la víctima ha perdido la conciencia.
Los rescatistas se enfrentan comúnmente a tres escenarios según el punto de izado del cuerpo: a la altura de los hombros, del pecho o de la espalda.

En cualquiera de estos casos, si no se toman las medidas adecuadas, la posición de la cabeza puede provocar una obstrucción total o parcial de la tráquea, agravando la hipoxia y reduciendo las posibilidades de supervivencia.
Aquí es donde entra en juego el Dispositivo de Alineación de Vías Aéreas (DAVA), una solución mecánica que permite mantener automáticamente la cabeza en la posición correcta durante el izado, favoreciendo la apertura de las vías respiratorias.
Características técnicas del DAVA
El DAVA ha sido concebido para integrarse de manera eficiente en los equipos de buceo comercial más utilizados, como los cascos y máscaras Kirby Morgan® (modelos KMB 18 y 28).
Su construcción robusta y ergonómica responde a las exigencias de entornos extremos, presentando una capacidad de carga de hasta 300 kg, certificada bajo normas internacionales como AS/NZS 4380 y EN12195-2.
Fabricado con cinta de poliéster de 28 mm tratada contra los efectos de los rayos UV, el dispositivo cuenta además con una protección de silicona para la leva, un sistema de almacenamiento con elástico integrado, y codificación por colores para facilitar la identificación de tallas en condiciones de baja visibilidad.
Instalación
La instalación del DAVA varía ligeramente según el tipo de equipo. En el caso de las máscaras, el dispositivo se fija mediante dos bulones y una placa de acero inoxidable a la parte superior del casco, anclando el extremo opuesto al asa del soporte de la botella de emergencia.

Por su parte, para los cascos se utiliza el tornillo trasero de su asa junto con una placa de acero inoxidable, manteniéndose el anclaje al soporte de la botella de reserva como segundo punto de fijación.
Este diseño modular asegura una rápida implementación en situaciones de emergencia sin comprometer la seguridad ni la movilidad del buzo.
Activación del DAVA
El uso del DAVA no requiere maniobras complejas: basta con tirar de la correa en el momento adecuado.
Esta acción activa el mecanismo que alinea automáticamente la cabeza del buzo, asegurando una posición que libera la tráquea y reduce drásticamente el riesgo de asfixia durante el izado. Un sencillo gesto puede ser determinante en los minutos más críticos del rescate.
Capacitación y conclusiones
El uso del DAVA requiere una capacitación específica. En situaciones críticas, el conocimiento y la preparación del equipo de rescate pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El equipo de buceo, ya sea casco o máscara, impone desafíos adicionales a la hora de asegurar la permeabilidad de las vías respiratorias en buzos inconscientes. Las condiciones operativas, el entorno subacuático y la limitación de maniobras hacen que la correcta alineación de la vía aérea sea una tarea compleja y delicada.
La evidencia anatómica y fisiológica demuestra que incluso una leve desalineación puede resultar en una obstrucción total de la vía aérea, agravada por el peso del equipo, la pérdida de tono muscular y la acción de la gravedad en el medio líquido.
Una vez determinado su viabilidad, la formación en técnicas de rescate específicas y en el uso adecuado de dispositivos como el DAVA serán indispensable para cualquier equipo que opere en el ámbito del buceo comercial.
El DAVA no sustituye al entrenamiento para situaciones de emergencia, sino que lo potencia, ya que permite aplicar de forma práctica los conocimientos sobre fisiología respiratoria, alineación cervical y control de la vía aérea en escenarios reales.
Su implementación puede estandarizar una respuesta eficaz y reducir drásticamente los tiempos de intervención y las consecuencias de una vía aérea obstruida.
La seguridad de la víctima no puede depender del azar o de maniobras improvisadas bajo presión. Solo con entrenamiento continuo, simulacros realistas y el uso de herramientas diseñadas para este propósito, como el DAVA, es posible garantizar que cada rescate tenga la mayor probabilidad de éxito.
Un artículo de Hernán Rodríguez en colaboración con SubaQuatica Magazine.
Agradecimiento a Contract Diving Services Australia por la foto principal.
Fotos del reportaje: HS Water Solutions Argentina