“Una explosión de hidrógeno similar a la del buzo holandés me dejó semiinconsciente”
“Una explosión de hidrógeno similar a la que sufrió el buzo holandés me dejó semiinconsciente durante un corte subacuático”
El veterano buzo e instructor de buceo comercial en el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (IGAFA), hace una valoración del accidente del buzo holandés durante el salvamento del Bayesian en Italia en base a su amplia experiencia en el corte subacuático.
Este análisis se suma al realizado por Francis Hermans y Hal Lomax, que puedes leer AQUÍ
Marcelino González Maneiro – Instructor de Buceo Comercial en IGAFA
He dedicado más de 20 años de mi vida al buceo comercial y, desde hace otros tantos, imparto clases como profesor de buceo en la escuela de Galicia, el IGAFA.
A lo largo de mi carrera, he participado en operaciones de gran complejidad. Recuerdo especialmente una misión en la que trabajé con la empresa TECNOSUB, que en aquel momento —y creo que aún hoy— era una de las mejores compañías de buceo a nivel internacional. En aquella ocasión, TECNOSUB colaboraba con la empresa holandesa SMIT TAK International para llevar a cabo el reflotamiento del buque congelador Vianna, hundido frente a la isla de Faial, en las Azores.
Se me daba bien el corte submarino. Muy bien, de hecho. Ya había fundido miles de electrodos con CORSUB, casi siempre en condiciones de nula visibilidad. En Faial me asignaron el corte de uno de los mástiles del Vianna. La tarea me parecía sencilla. Como buzo con experiencia, sabía que debía abrir una pequeña “ventana” un par de metros más arriba del punto de corte para permitir la salida de gases y evitar su acumulación. Era una práctica que aplicaba siempre que trabajaba con electrodos y oxígeno.
Pero algo salió mal. Cuando estaba finalizando el primer electrodo, una explosión me dejó semiinconsciente. Por poco no salgo de Faial.
¿Qué fue lo que ocurrió?
El mástil no estaba construido como un simple tubo soldado, como yo supuse. Estaba compuesto por tramos de seis metros, cada uno completamente cerrado. Justamente la unión del primer tramo estaba situada a un metro por encima de la cubierta, y yo había practicado la ventilación más arriba de esa unión. En otras palabras, la supuesta chimenea no sirvió de nada. Los gases combustibles se acumularon en el interior del tubo, y al alcanzar el calor del electrodo… la explosión fue inevitable.Ahora, al leer noticias recientes sobre el accidente fatal de un compañero en un contexto parecido, no puedo evitar pensar que tal vez sucedió algo muy similar.
A lo largo de mi carrera tuve más sustos relacionados con el corte submarino. En Valencia, mientras desguazábamos un petrolero, sufrimos otra explosión causada por la presencia de fuel en los doblefondos. También en Sevilla, durante las labores de desguace de una gabarra con CORSUB, en los días de la Expo 92, nos llevamos un buen susto.
No puedo afirmar con certeza cómo ocurrió este último accidente, pero sí sé que estas cosas pasan. Por eso, a todos mis compañeros buzos, veteranos y jóvenes: mucha precaución. Porque en esta profesión, toda la seguridad que apliques nunca es suficiente.