“Cada proyecto de buceo en una presa es un nuevo desafío que afrontar”

 

Cada proyecto en una presa es un nuevo desafío

Las operaciones de buceo en infraestructuras hidráulicas como las presas y embalses, plantean siempre retos diferentes en cada proyecto.

Aun pudiendo existir algunas construcciones similares, podríamos afirmar, de forma general, que no hay dos presas iguales y que cada una de ellas posee diferencias específicas que influyen de forma esencial en la planificación del trabajo y requieren, por tanto, un estudio particular.

Es por eso que para hablar del buceo en presas en general hay que tener en cuenta esta premisa y a partir de ahí, buscar puntos en común que nos ayuden a comprender mejor este tipo de operaciones y aportar así información útil sobre las situaciones de riesgos para los buceadores.

En España existen 1.225 grandes presas, lo que la convierte en el quinto país con mayor número de este tipo de infraestructuras y el primero de la Unión Europea, según recoge el Inventario de Presas y Embalses del MITECO19. De todas ellas, unas 450 son anteriores a 1960 y más de 100 ya existían en el año 1915.

 

Juan Manuel Toscano Santandreu, gerente de STS España

Tal y como reconoce el propio Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), “estas simples cifras indican que una parte importante de nuestros esfuerzos habrá que dedicarlos a la conservación y rehabilitación de este inmovilizado de capital social fijo, manteniéndolo en unas condiciones de explotación y seguridad acordes con las exigencias modernas.

En abril de 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y Retos Demográficos publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el Real Decreto 264/2021 por el que se aprobaron las Normas Técnicas de Seguridad para las Presas y sus Embalses. Estas nuevas Normas Técnicas resuelve una antigua demanda del sector al unificar la doble normativa existente hasta entonces.

Este acontecimiento ha supuesto un paso importante para la gestión de estas infraestructuras, pero además ha traído consigo un proceso de actuaciones en un gran número de presas que requieren de adaptación a los requisitos establecidos por las nuevas normas, actuaciones que en muchos casos se refieren a los órganos de regulación, tales como compuertas, válvulas, conductos de desagüe, etc… y que, al realizarse en instalaciones en explotación requieren irremediablemente de la actuación de buceadores.

En Servicios Técnicos Subacuáticos (STS) llevamos tres décadas llevando a cabo trabajos en infraestructuras hidráulicas en toda la geografía española. Nuestra apuesta dentro de nuestro sector, ha sido especializarnos en este tipo de operaciones, aplicando procedimientos de trabajo y protocolos de seguridad propios que hemos ido perfeccionando a lo largo del tiempo gracias a la experiencia acumulada.

Más allá de las dificultades propias de la inmersión en sí misma (altitud, profundidad, temperatura del agua, etc…), realizar operaciones subacuáticas en este tipo de entornos tiene una serie de riesgos específicos que hay que saber valorar con precisión.

A veces, es necesario actuar en compuertas o escudos con fugas y es necesario valorar si estas constituyen un peligro para el buceador y por tanto no es posible la actuación en esas condiciones o si por el contrario, dichas fugas son asumibles y no suponen riesgo de succión. Estas fugas deben ser valoradas por personal formado y experimentado y si es posible cuantificarlas antes de la inmersión desde aguas abajo.

Por otra parte, ante todo es necesario conocer técnicamente el funcionamiento de las instalaciones donde se va a trabajar y entender como funciona el flujo del agua, cuales son los tipos de mecanismos de regulación que nos afectan, sus tipos, diferencias, modos de apertura-cierre, etc…

Todo este conocimiento nos ayudará a planificar adecuadamente la intervención estableciendo los medios de prevención adecuados para eliminar/reducir/controlar los riesgos inherentes a la instalación que afectan a la seguridad de los buceadores.

Es habitual que, en este tipo de actuaciones, el cliente recurra a empresas, que aunque puedan disponer de equipos de inmersión adecuados y sepan utilizarlos, no dispongan ni de experiencia, ni de formación específica para acometer de forma segura la actuación.

En el mejor de los casos, al margen de que el trabajo se finalice o no con el nivel profesional adecuado, los trabajos se habrán realizado al margen de las medidas de seguridad necesarias (incluso, a veces, de las normas establecidas por la ley) sin que haya ocurrido nada, pero en otros, desgraciadamente, ocurrirán accidentes que pueden llegar a ser graves o letales.

Afortunadamente, en nuestro recorrido no hemos tenido que lamentar nunca situaciones con resultados graves, pero si hemos aprendido de los errores cometidos, propios y ajenos y hemos implantado de forma continua mejoras para que no se repitan e incluso también para mejorar procesos sin necesidad de que estos hayan originado fallos necesariamente.

Estas mejoras, incluyen la realización de un Check-list de seguridad pre-inmersión específico para inmersiones en presas, en el que se incluye aspectos como la recopilación de información previa de la instalación, la doble verificación de los sistemas de apertura/cierre de los mecanismos, las vías de comunicación de información entre los responsables de la presa y el supervisor de buceo, los medios de entrada-salida del agua, los medios y las vías de evacuación, etc…

Además, en nuestro caso, hemos apostado por contar siempre con los medios y los recursos necesarios, para llevar a cabo nuestra labor con la máxima garantía de seguridad, por encima de los requisitos previamente establecidos por los clientes para la contratación de los servicios, por encima de los mínimos establecidos por la normativa y por encima, claro esta, de las propuestas de empresas competidoras menos escrupulosas y más económicas. Es evidente, que todos estos recursos necesitan de presupuestos acordes, que en muchas ocasiones distan bastante de los que el mercado impone.

En este ámbito, ofrecer servicios de calidad, con el nivel de seguridad necesario y a un precio competitivo sigue siendo tarea difícil en nuestro país.

A menudo, uno tiene que ser creativo y asumiendo que las soluciones ideales pueden resultar poco viables, en términos de operatividad y sobre todo de presupuesto, intentar optimizar los recursos disponibles (humanos, materiales y de procedimiento) para, sin renunciar un ápice en la prevención de riesgos y en la seguridad, realizar el trabajo dentro de unos márgenes económicos, quizás más altos que otros que no los implementan, pero aún razonables para el cliente, que asumirá de buena gana un precio mayor a cambio de mejores garantías de calidad y seguridad laboral.

Transmitir toda esta forma de hacer las cosas a nuestros clientes a lo largo de los años ha sido también parte de nuestro trabajo y un aspecto fundamental para los buenos resultados de nuestros proyectos y el reconocimiento profesional del que gozamos de nuestros clientes en el sector.

Como conclusión, cabe recalcar que los trabajos de buceo en presas suelen requerir de la movilización de equipos de trabajo más amplios que los utilizados en otras situaciones, los procedimientos de trabajo y los protocolos de emergencia y evacuación en caso de accidente han de ser especialmente específicos y precisos debido a las características innatas de estas instalaciones tanto constructivas como de ubicación, y finalmente, es necesario recalcar que para desarrollar de forma adecuada un proyecto de buceo en una presa, es imprescindible contar con un equipo de personal cualificado y con experiencia en estos trabajos, que conozcan a la perfección el funcionamiento de estas infraestructuras y los riegos propios de las mismas.

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