Plantas hiperbáricas: aspectos sobre formación y sus distintas aplicaciones

Plantas hiperbáricas: aspectos sobre formación y sus distintas aplicaciones

El correcto uso de la cámara hiperbárica fue uno de los temas tratados en el III Congreso Nacional de Medicina Hiperbárica, celebrado en noviembre de 2023 en el Hospital Centro de Andalucía de Lucena (Córdoba), organizado por la Asociación Española de Medicina Hiperbárica y Subacuática (ASEMHS). Carlos Fernández Sixto, instructor en el Centro de Formación Náutico Pesquera de Santander y un reconocido profesional en la industria del buceo industrial a nivel nacional, ofreció una conferencia titulada: ‘La formación de personal especializado en Medicina Hiperbárica y Subacuática’.

Carlos Fernández Sixto, instructor de buceo en ENP Santander

El ponente incidió en la necesidad de la formación requerida para un operador de cámara hiperbárica a la hora de asumir la tarea de manejar una planta hiperbárica. Además, Sixto se refirió al “trabajo en equipo que debe existir entre esta figura y dos piezas clave a izquierda y derecha, como son el médico y el técnico de mantenimiento de estos equipos”.

“Cuando una persona estudia temas acerca de la medicina hiperbárica o subacuática, necesita conocer los cambios fisiológicos del cuerpo, los entornos hiperbáricos y los avances de la propia medicina. Todos estos estudios se realizan en entornos secos y están asociados a los mecanismos de compresión de la cámara. Por tanto, se hace necesaria una formación específica para su uso, su mantenimiento y, en general, para el reconocimiento de situaciones que se producen en el interior y exterior de este complejo hiperbárico”, introdujo Carlos Fernández Sixto.

 

Tipos, utilidades y personal

En la actualidad, el modelo de cámaras monoplaza ha irrumpido con fuerza en el mercado, gracias a las aplicaciones de la medicina hiperbárica para diferentes tratamientos médicos, que también pueden estar relacionados con la industria de la estética y la belleza.
Pero este modelo dista mucho del equipo usado en el ámbito del buceo comercial: la cámara multiplaza. Se trata de equipos mucho más sofisticados que, además de la cámara propiamente dicha, es decir, el cilindro donde se realiza el tratamiento, también incluyen otros elementos como válvulas de diferente uso, sensores, portillos, presostatos, tornillería, circuito cerrado de televisión, corrientes eléctricas, teléfono o un ordenador asociado, entre otros elementos. En definitiva, una infinidad de elementos que hacen que no debamos hablar únicamente de una cámara hiperbárica, sino de una planta hiperbárica.

 

Siendo una planta hiperbárica un sistema tan complejo, requiere de diferentes tipos de profesionales interrelacionados para su correcto manejo

Dentro del mundo del buceo, estas plantas se utilizan para impartir formación y test a futuros alumnos, enseñar a técnicos de medicina hiperbárica, para descompresiones en superficie, en sistemas de buceo a gran profundidad o en trabajos en tuneladoras. Desde un perfil médico, se usan para el tratamiento de personal afectado por enfermedades propias del buceo o por otros tratamientos compatibles con la cámara hiperbárica.

Siendo la planta hiperbárica un sistema tan complejo, requiere de diferentes tipos de profesionales interrelacionados para su correcto manejo. En este sentido, la planta hiperbárica necesitaría de tres piezas fundamentales en el equipo humano.
El primero de ellos sería el camarista o persona encargada de manejar la cámara hiperbárica para un tratamiento en cuestión. La segunda sería el personal con formación sanitaria que puede ser un enfermero o un médico. Por último, estaría el personal de instalaciones o sistemas, que es un perfil más cercano a conocimientos de ingeniería. Este último es la persona que se encarga de tener actualizados todos los sistemas de la planta.

Cada uno de estos tres perfiles debe tener una formación técnica y específica en la competencia en la que desarrolla su función con la cámara hiperbárica y, a su vez, que exista una interrelación entre estos profesionales. Solo así se podrá garantizar el correcto uso y mantenimiento de la instalación y reconocer situaciones a resolver que puedan existir en el interior o en el exterior del complejo hiperbárico.

Situaciones de uso y peligros

Una cámara hiperbárica va a tener dos situaciones de uso principalmente, que son situaciones programadas y no programadas. Las situaciones programadas son aquellas que se llevan a cabo a diario sin afectar el funcionamiento de esa cámara, como puede ser una descompresión en un entorno seco o un tratamiento en un centro médico. También, son situaciones programadas el hecho de operar y mantener la planta hiperbárica para su correcto uso, revisar extintores o las comunicaciones y comprobar el correcto uso de las válvulas.
Las situaciones no programadas son las que trascienden al uso diario y, en la mayoría de los casos, se refieren a un incidente que requiere tratamiento. Por ejemplo, una hiperoxia, un neumotórax, el empeoramiento de síntomas por descompresión o contaminación por algún gas como el CO2, entre otras cosas. Es decir, típicos accidentes del entorno hiperbárico. En estos casos, el personal sanitario debe saber enfrentarse a una situación como esta. Pero pueden existir fallos mecánicos que el personal sanitario no sepa solventar, con lo cual los conocimientos sobre ingeniería se hacen necesarios en situaciones no programadas. Por tanto, es indispensable que exista un equipo trabajando en conjunto en una planta hiperbárica.

Existen situaciones de peligro vinculadas al uso de una planta hiperbárica, como puede ser un incendio o una explosión

Existen situaciones de peligro vinculadas al uso de una planta hiperbárica, como puede ser un incendio o una explosión. Considerando este riesgo, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo emitió en 2003 la Nota Técnica de Prevención número 630, en la que alertaba del riesgo de incendio y explosión en atmósferas sobreoxigenadas. Las cámaras tienen en su interior un fluente de oxígeno, por lo tanto siempre va a haber una atmósfera sobreoxigenada. Hay que recordar que en cualquier entorno donde se supere el 25 por ciento de tasa de oxígeno, existe un peligro de incendio (triángulo de fuego o combustión) y la cámara hiperbárica alcanza el 100 por ciento de tasa de oxígeno, lo que convierte en un entorno con alta potencialidad de incendio, si entra en contacto con los otros dos elementos del triángulo de combustión.

 

En los últimos años se han producido accidentes en cámaras hiperbáricas con resultados mortales y provocados en algunos casos por el mal uso de la misma. Entre ellos, hay que recordar el accidente ocurrido en Cadaqués, Gerona (España) en 2017, donde un recolector de coral de 61 años perdió la vida dentro de una cámara monoplaza y otros dos resultaron heridos. El detonante pudo ser la introducción de un elemento electrónico en el interior de la cámara. Mayor transcendencia tuvo el accidente ocurrido en Milán en 1996 donde murieron 11 personas. Las investigaciones policiales determinaron que se produjeron “fallos al monitorizar los objetos portados por los pacientes; un mantenimiento pobre de la planta; no había agua ni presión en los tanques contraincendios; no había personal operativo en el panel de control; no existía entrenamiento ni protocolos de emergencia; las alarmas estaban desconectadas, las mascarillas de oxígeno tenían fuga y se permitía entrar cualquier tipo de ropa que podría estar contaminada con alguna sustancia inflamable”, recoge el informe.

Estos son solo dos de varios accidentes mortales ocurridos a lo largo de los años, en los que la causa del trágico final se debió a la falta de formación de las personas encargadas de su uso y mantenimiento.

 

Formación necesaria

¿Es suficiente la preparación que tiene el personal al frente de estos equipos? Es importante recalcar en este punto que en la actualidad, existen fabricantes de cámaras hiperbáricas monoplaza que imparten cursos de 8 o 10 horas para el manejo de estos equipos. Con esta formación quedan al frente del manejo de la cámara. En la opinión de Carlos Fernández Sixto, “esta es una formación muy escasa”.

En relación a las cámaras multiplaza, el equipo debe tener formación sobre software, electroválvulas, válvulas bola, válvulas aguja, caudalímetros, regímenes de ventilación, botellas, aire y oxígeno, compresores de alta y baja presión, procedimientos de seguridad, lista de chequeo, calibrados, compatibilidades con el oxígeno, equipos de lucha contra incendios y simulacros. Todo esto es necesario para evitar un accidente y hacer un uso correcto de la planta hiperbárica.

“Una cámara multiplaza requiere una mayor especialización, aunque las monoplaza no están exentas de sus propias situaciones de riesgo que hay que conocer muy bien”

En definitiva, un conjunto de conocimientos que requiere tiempo de estudio para cada uno de los elementos humanos dentro de ese equipo de trabajo al frente de la cámara hiperbárica, sea cual fuere el tipo de equipo. Es evidente que una cámara multiplaza requiere mayor especialización, pero una cámara monoplaza no está exenta de peligros y, en su medida, especialización.

 

En el caso del operador de cámara en el ámbito del buceo comercial o industrial, la cantidad de horas requeridas para obtener una buena formación como operador de cámara hiperbárica puede variar dependiendo del programa de capacitación específico y de los requisitos de certificación en cada país. Sin embargo, en general, un programa de formación completa para operadores de cámara hiperbárica suele comprender entre 80 y 120 horas de estudio teórico y práctico.

“En líneas generales, un programa de formación completo para operadores de cámara hiperbárica en el ámbito del buceo comercial suele comprender entre 80 y 120 horas de estudios teóricos y prácticos”

En términos de conocimientos teóricos, un operador de cámara hiperbárica debe tener un entendimiento profundo de los siguientes temas:
a) Principios de la medicina hiperbárica: Esto incluye la física y fisiología de la presión hiperbárica, los efectos biológicos del oxígeno bajo presión, y los principios de descompresión y tratamiento hiperbárico.

b) Seguridad y manejo de emergencias: Un operador de cámara hiperbárica debe estar familiarizado con los protocolos de seguridad, el equipo de emergencia y los procedimientos de respuesta ante situaciones de emergencia, como el síndrome de descompresión y el barotrauma.
c) Operación de cámaras hiperbáricas: Esto incluye el funcionamiento de la cámara hiperbárica, el control de la presión y la temperatura dentro de la cámara, el monitoreo de los pacientes durante el tratamiento, y el mantenimiento básico del equipo.
d) Normativas y regulaciones: Un operador de cámara hiperbárica debe comprender las normativas y regulaciones aplicables en su país en relación con la medicina hiperbárica y el buceo profesional, así como los estándares de seguridad internacionales.

 

 

Jacinto Paredes, director de IBERCO, ha participado en este artículo sobre Cámaras Hiperbáricas. Consúltalo AQUÍ

.

Conocimientos básicos

En cuanto a los conocimientos prácticos, un operador de cámara hiperbárica debe adquirir habilidades en áreas como:
Manejo de equipos: que incluye el manejo seguro y eficiente de equipos como la cámara hiperbárica, los sistemas de control de presión, los sistemas de ventilación y los equipos de emergencia.
Supervisión de sesiones de tratamiento: que comprende tanto la aplicación como la supervisión de sesiones de tratamiento hiperbárico, asegurando el cumplimiento de los protocolos de seguridad y el bienestar de los pacientes.
Resolución de problemas: en los que se incluiría la identificación y solución de problemas técnicos que puedan surgir durante el funcionamiento de la cámara hiperbárica, así como una respuesta rápida a situaciones de emergencia.
En resumen, la formación como operador de cámara hiperbárica requiere un equilibrio entre conocimientos teóricos y prácticos, con un enfoque en la comprensión de los principios de la medicina hiperbárica y la adquisición de habilidades para operar estos equipos de manera segura y eficiente.

 

Podría interesarte