Operaciones de buceo en presas y sus embalses: prevención, riesgos, equipo y personal
El buceo en presas y sus embalses
Las operaciones de buceo en instalaciones hidráulicas tienen diferentes particularidades con respecto a los trabajos en otros espacios como puertos o mar abierto, por lo que la planificación y los riesgos han de ser considerados atendiendo a diferentes parámetros.
Las operaciones de buceo comercial en presas y sus embalses son trabajos particularmente diferentes con respecto a otros proyectos subacuáticos, por desarrollarse en espacios cuyas características distan considerablemente de las de otros lugares como los puertos, ríos o el mar abierto. Una infraestructura hidráulica, donde se incluyen presas, embalses, balsas o espacios similares, se define como aquella que se desarrolla bajo el ámbito de la ingeniería civil y tiene como objetivo fundamental el aprovechamiento y la correcta gestión del agua como recurso.
Los trabajos subacuáticos en estas infraestructuras son posiblemente los que más riesgos entrañan dentro de la industria del buceo, por diferentes factores a considerar. Entre ellos, la elevada profundidad a la que se realizan con frecuencia las intervenciones; la remota ubicación en la que pueden encontrarse estas instalaciones o la baja temperatura del agua, factores relacionados directamente con la posibilidad de sufrir enfermedad descompresiva.
El buceo en presas son posiblemente los que más riesgos entrañan en la industria por factores como la elevada profundidad, la baja temperatura del agua, los gradientes de presión del agua o la remota ubicación donde se encuentran
Los emplazamientos donde se construyen las presas suelen estar alejados de los núcleos urbanos y las comunicaciones por carretera suelen complicar las tareas de rescate y evacuación de buceadores en caso de sufrir algún incidente.
Por otro lado, bucear en altitud supone un cambio de la presión atmosférica con respecto al nivel de mar, por lo que la planificación de las medidas relativas a la descompresión debe ser adaptada a la altura en la que se encuentre el embalse. Además, no podemos obviar que muchas de estas operaciones se realizan en espacios confinados, lo que supone un considerable aumento de los riesgos.
La falta de visibilidad es otra característica propia del buceo en estos espacios, lo que supone un incremento de los riesgos a los que está expuesto el buzo. Si a esto le unimos la frecuente presencia de sedimentos naturales como ramas, troncos y otros elementos ajenos a la presa, el riesgo de enganches y atrapamiento se convierte en un peligro potencial que hay que tener presente cuando se bucea cerca del fondo.
Así mismo, hay que señalar que las presas son infraestructuras en las que existen enormes gradientes de presión de agua entre los distintos elementos que la conforman. Esto puede propiciar la existencia de grandes fuerzas de succión, que pueden atrapar a un buzo de forma irremediable y causarle lesiones fatales.
Acerca de las particularidades del buceo en infraestructuras hidráulicas, de sus riesgos y de las cuestiones a tener en cuenta en la prevención de riesgos, hablaremos en el siguiente reportaje.
Fuentes consultadas para el reportaje:
Servicios Técnicos Subacuáticos (Juan Manuel Toscano Santandreu); Consenso de Normas Internacionales para Buceo Comercial y Operaciones Submarinas de ADCI; II Convenio Colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos (España); M6 Subsea Training (Ricardo Soares); Recomendaciones sobre Riesgos del Delta P en Buceo Comercial del Ministerio de Ontario- Canadá (2012); Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo (OSHA); Acosta Ingeniería Subacuática (Carlos Acosta) e ICCESAL (Iván Ciudad Valls).
¿Por qué el buceo en las presas es tan particular con respecto a otros espacios?
Durante la fase de construcción de una presa no es usual que se precisen servicios subacuáticos, ya que estas estructuras suelen construirse en seco, desviando los cauces. Con el agua ya embalsada y la estructura en carga, es cuando el trabajo de los buzos comerciales resulta necesario. En el reportaje que presentamos a continuación, vamos a centrarnos en aquellas operaciones que se desarrollan una vez que la infraestructura ya está en su fase de uso.
Algunos de esos trabajos se centran en tareas de inspección, para la comprobación y mantenimiento de los elementos funcionales como tomas de agua o compuertas. Igualmente, se realizan operaciones de escudamiento/taponamiento de desagües (para permitir los trabajos internos de reparación de los elementos de regulación, como válvulas, compuertas o incluso los propios conductos), operaciones de dragado cuando se producen soterramientos por acumulación de lodos en los desagües; trabajos en las rejas de captación, sondas de nivel o piezómetros, reparación de la lámina de impermeabilización en el caso de balsas; trabajos en galerías inundadas, o en el interior de los sistemas de conducción, ataguías, compuertas o válvulas.
“Es necesario contar con personal que tenga experiencia en estas operaciones y conocer muy bien la tipología de estas infraestructuras”
Para cualquier trabajo de esta naturaleza es imprescindible, por un lado, contar con profesionales experimentados en operaciones en este tipo de espacios y, por otro, conocer bien la infraestructura y a qué tipología pertenece, su funcionamiento y cada una de las partes que la integran. Solo así se podrá desarrollar una operación de buceo, una planificación de la operación y un protocolo de emergencia y rescate con garantías de seguridad para los buzos.
Por eso es conveniente destacar en este sentido varios aspectos que tienen que ver con la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas. En primer lugar, es importante tener en cuenta que por norma general estos espacios suelen estar regulados con una normativa específica. En el caso de España, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico aprobó las Normas Técnicas de Seguridad de las presas y sus embalses, en el Real Decreto 264/2021 de 13 de abril. Uno de los objetivos de este documento es evitar roturas y fugas que supongan un peligro manifiesto para la población y minimizar las consecuencias en tales casos.
Por otro lado, muchas de estas infraestructuras han podido sufrir modificaciones desde su construcción, que pueden haber afectado a su diseño original o a los mecanismos para la conducción del agua. La situación de sequía ha obligado a idear nuevos elementos como tomas de agua flotantes o torres de toma a diferentes niveles, que suponen un sistema añadido que hay que tener en cuenta en una operación de buceo.
A esto hay que añadir que la antigüedad de algunas presas a veces presenta dificultades para la localización e interpretación de los planos de ejecución de su proyecto de construcción, siendo ésta una herramienta indispensable.
Aislar o no aislar la presa
Uno de los principales riesgos para la seguridad del buzo en estos espacios de almacenamiento de agua, vendrá determinada por la decisión de aislar o no la instalación sobre la que se trabaja o incluso otras cercanas que puedan afectar al buceador.
“Aislar la presa y detener su servicio durante la operación de buceo, es la opción más segura para evitar situaciones de riesgo por succión”
Cualquier operación de buceo realizada sin aislamiento presenta riesgos potenciales para el buzo. Esto se debe a la presión diferencial creada por la columna de agua a un lado de la estructura, frente a la disminución de la presión en el lado de aguas abajo (dirección de salida del agua), un fenómeno conocido como Delta P.
En ocasiones, detener el funcionamiento de la instalación supone un inconveniente. En tales condiciones se debe realizar una evaluación completa de Análisis Laboral de Seguridad contemplando dicha situación durante la planificación, aportando las medidas adecuadas para garantizar que el buzo y el equipo no sean sometidos a una presión diferencial.
El buzo siempre debe tener conocimiento de cualquier válvula en particular que puede estar abierta y que suponga un riesgo de succión. Se deben tomar precauciones para proporcionar al buzo la ubicación detallada de las válvulas abiertas y de instruirlo adecuadamente para que permanezca lejos de cualquier zona de riesgo. En cualquier caso, es aconsejable implementar limitaciones físicas para evitar que el buceador se aproxime a dichas zonas aun sin intención, por ejemplo si se encuentra desorientado o distraído. Lo más sencillo es limitar la longitud del umbilical.
El operador de la instalación de agua debe tomar parte en las conversaciones relacionadas con la seguridad del buzo si no se ha detenido el servicio y debe estar preparado para tomar las medidas apropiadas según lo acordado.
Cuando la operación se realice con la instalación aislada, esta deberá ser retirada del servicio antes de iniciar cualquier actividad de buceo. Se debe verificar que todas las válvulas de entrada y salida del sistema, tanto principales como secundarias, estén bloqueadas y etiquetadas como 'cerrada' por la persona designada, en este caso el supervisor de buceo, a cargo de la operación.
Si las válvulas o compuertas de la instalación van a ser inspeccionadas durante la operación, se debe anular el sistema de control de éstas. Todos los mecanismos de control fundamentales para el aislamiento de la instalación afectada deben estar etiquetados, ya sea en la posición abierta o cerrada, según lo acordado durante la planificación y la evaluación. Se debe asegurar que la o las válvulas permanezcan seguras en su posición, y que ninguna válvula pueda abrirse sin el consentimiento expreso de la persona designada a cargo de la instalación de agua y de la persona designada a cargo de la operación de buceo. Los buzos no deberán entrar a la zona, antes de que el sistema esté aislado y marcado de acuerdo con los procedimientos LO-TO (Lock Out – Tag Out) de bloqueo y etiquetado.
El Equipamiento
El uso del equipo de suministro desde superficie, que incluye el panel de gases y el circuito cerrado de televisión, entre otros elementos, es obligatorio en este tipo de infraestructuras, según la normativa internacional que regula el buceo. Así lo recogen los códigos de las organizaciones más destacadas como IMCA o ADCI y la propia normativa española. Por tanto, prohíbe operaciones con sistema de buceo autónomo u otras modalidades que suministren aire desde superficie como el uso del narguilé, también denominado hookah en algunos países.
“El uso del LARS o una cesta es frecuente en estas operaciones para facilitar el acceso al lugar de trabajo o la entrada y salida del agua de los buzos en las inmersiones”
Las altas profundidades que alcanzan los embalses, por norma general, requiere el uso de una campana húmeda o seca, para transportar a los buzos al fondo y devolverlos a superficie. La utilización de cada una de ellas lo determinará la profundidad a la que se bucee y el uso de los gases que se suministrarán. Por lo general, el empleo más extendido es el de la campana húmeda o LARS (Launch And Recovery System), que constituye un elemento de seguridad adicional a la hora de hacer paradas de descompresión y una importante ayuda a la logística de la inmersión.
La campana debe tener un sistema de botellas de reserva de mezcla respirable y un sistema de control de los parámetros de los buzos, que pueda ser manipulada desde la propia campana.
Otro elemento esencial es el traje seco o incluso de agua caliente, para proteger al buzo de la exposición a las bajas temperaturas propias de los embalses. La normativa de ADCI recomienda su uso por debajo de los 4 grados centígrados (o 40 grados Fahrenheit).
Es recomendable que el personal de buceo esté familiarizado con el uso de estos, para tener en cuenta cuestiones como su posible sobre inflado para evitar un ascenso incontrolado; identificar que está fabricado con material adecuado y evitar filtraciones de aguas. Es por eso que los guantes, las botas y el casco, deben asegurar el encapsulado del buzo para su aislamiento total. Además, el traje debe tener un sistema de escape de línea de retorno o un sistema de válvula de doble escape.
“La disponibilidad de una cámara hiperbárica próxima al lugar de trabajo será esencial, pues un tratamiento rápido en caso de un accidente descompresivo disminuye la posibilidad de que el buzo sufra daños graves”
La cámara hiperbárica es un elemento de vital importancia para garantizar la seguridad del personal en la operación. La normativa española de buceo determina que es obligatorio tener una cámara de descompresión insitu cuando las inmersiones superen los 30 metros de profundidad o las inmersiones que se realicen requieran paradas de más de 15 minutos de descompresión. Para buceos a menor profundidad o descompresión, se exige que la proximidad al centro médico hiperbárico donde se realice el tratamiento en caso de accidente, se lleve a cabo en los plazos que marca la legislación.
Ahora bien, como hemos visto, las presas suelen estar en lugares remotos o alejados de núcleos urbanos, por lo que el traslado de un buzo accidentado puede presentar contratiempos en detrimento de su salud.
Es por eso que, una vez realizadas las valoraciones en caso de emergencia, es recomendable optar por tener una cámara hiperbárica en el lugar de trabajo en estas operaciones. Un tratamiento rápido en caso de accidente descompresivo, disminuye la posibilidad de daños graves al accidentado.
Otro elemento esencial en operaciones en presas son los ROV para hacer una inspección previa y son especialmente útiles en aquellos enclaves que no hayan sido inspeccionados previamente.
Otro elemento que se ha convertido en esencial en los últimos años en las operaciones en presas, son los vehículos submarinos operados de forma remota (ROV), para hacer una inspección previa. Su uso es especialmente útil en aquellos enclaves que no hayan sido inspeccionados antes, para evitar la exposición del buzo a riesgos no predecibles.
Una práctica habitual es usar el ROV en una primera fase de inspección, para tener una primera imagen del estado de las estructuras o de las conducciones. En otras ocasiones, también suele acompañar al buzo durante la operación para suministrar imágenes al supervisor desde fuera del ángulo de visión del buceador y verificar el avance del trabajo.
El uso de un scooter submarino como medio de transporte, es también un elemento que puede dotar a la operación de mayor comodidad y seguridad cuando se realizan desplazamientos largos. Algunos trabajos se desarrollan en el interior de galerías o conductos de bastante longitud, lo que supondría una pérdida en el desplazamiento de un tiempo muy valioso para la ejecución del trabajo. Con este equipo, el buzo puede acortar el tiempo de estos desplazamientos, constituyendo, además, un dispositivo de gran utilidad en caso de emergencia.
El Equipo Humano
Las Normas de Seguridad de Actividades Subacuáticas del II Convenio Colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos que regula la actividad en España, así como algunos códigos internacionales que regulan la industria, consideran que una operación de estas características requiere un equipo de buceo mínimo de 5 componentes: un jefe de equipo, dos buzos, un buzo de socorro y un tender.
“Para determinar el personal necesario en una operación de estas características, es imprescindible realizar un análisis detallado de los trabajos y de los riesgos”
Pero los trabajos en presas suelen presentar desafíos adicionales que requerirán aumentar el número de integrantes para garantizar la seguridad de los buzos. Para determinar el personal necesario es imprescindible realizar un análisis detallado de los trabajos que se van a acometer, donde el examen del entorno será crucial para definir al detalle los procedimientos a seguir. Esto ayudará a los buzos a entender mejor el espacio donde se va a trabajar y los riesgos que existen. Además, también es fundamental concretar el protocolo de emergencia y los procedimientos de evacuación en caso de que ocurra algún incidente.
Uno de los mayores inconvenientes en las intervenciones en infraestructuras hidráulicas, suele ser el acceso al lugar de trabajo e incluso el acceso al agua o a la plataforma desde donde se realiza la entrada y salida del agua. En ocasiones, este punto suele estar lejos de la zona donde se sitúa el puesto de control, por lo que se precisa de elementos de elevación como cestas para personas manipuladas por grúas o dispositivos similares al LARS. El arnés de rescate y los polipastos de rescate no son medios apropiados para bajar y subir a los buceadores desde zonas altas hasta el agua, aun si la distancia es relativamente corta. Estos medios han de ser de uso exclusivo para la función que poseen, que es la de rescate.
"La embarcación de apoyo es un medio de evacuación obligatorio en estas operaciones, especialmente cuando los accesos son complicados"
Por otra parte, la embarcación de apoyo es un medio de evacuación obligatorio en estas operaciones y su presencia puede tener otras aplicaciones, especialmente cuando los accesos al agua son complicados y se necesita un medio de traslado para el personal.
Por estas cuestiones, hay que considerar que en algunos casos es conveniente incluir algún elemento humano más al equipo para apoyar las tareas del buzo en inmersión o a los dispositivos necesarios en caso de emergencia (embarcación, polipasto de rescate, LARS, entre otros). De este modo, el equipo incrementaría en uno o más integrantes, ya que 5 efectivos podrían ser insuficientes. En definitiva, la morfología de la presa determina en buena medida los medios necesarios para enfrentar el trabajo, reduciendo los riesgos para los buzos y, por consiguiente, el número de integrantes del equipo de buceo para actuar con garantías.
Las inmersiones en altitud deben tener en cuenta la presión atmosférica del lugar
En algunas ocasiones, la ubicación de las presas y sus embalses suele estar a una altura considerable respecto del nivel del mar, por lo que estas inmersiones requieren una atención especial.
El principal factor que condicionará el buceo en altitud es la disminución de la presión atmosférica, ya que cuanto más subimos en altura, la dimensión vertical de la columna de aire sobre un cuerpo disminuye y, por tanto, la presión que ejerce sobre éste es menor. En estas condiciones, los procedimientos para el uso de las tablas de descompresión con aire en la superficie del mar no son los mismos que para inmersiones en altitud. Es decir, una operación idéntica con distinta presión atmosférica, requiere un cálculo de corrección en los valores de la tabla que vayamos a usar.
El uso de tablas de descompresión en altitud requiere un cálculo de corrección sobre la profundidad de inmersión y/o paradas de descompresión
El cálculo de corrección debemos hacerlo sobre la profundidad de la inmersión y/o las paradas de descompresión, usando los valores de la presión atmosférica (o la presión barométrica) donde se realizará el buceo. Estos sencillos cálculos se aplican para encontrar la 'profundidad equivalente en altitud' o para la corrección de las paradas descompresivas, que debemos llevar a cabo para proteger la salud del buzo. Las tablas de buceo publicadas en el Manual de Buceo de la US Navy, son las más recomendables e incluyen una específica para el buceo en altitud (tabla 9-4)
Normalmente, para realizar una inmersión en altitud es necesario encontrar su profundidad teórica de referencia. Para ello debemos calcular tal inmersión con la 'profundidad equivalente al nivel del mar', lo que nos llevará a una mayor profundidad teórica en la tabla. Esto, normalmente, demandará una mayor descompresión necesaria para compensar los efectos de la inmersión en altitud.
En algunos casos será necesario realizar también la corrección de las paradas de descompresión descritas en las tablas, así como la velocidad de ascenso, si bien esto último se podría ignorar.
Respecto a las inmersiones sucesivas, estas se pueden realizar en altitud. El procedimiento es idéntico al de las inmersiones al nivel del mar, con la excepción de que siempre se utiliza la profundidad teórica conocida como 'profundidad equivalente al nivel del mar' para reemplazar la profundidad real de la inmersión en altitud.
Cuándo aplicar la correción
No es necesario realizar correcciones relacionadas con la profundidad para inmersiones, en altitudes iguales o inferiores a los 100 metros (300 pies de altura). Para las inmersiones entre los 100 metros y los 300 metros de altitud (1000 pies), las correcciones solo son necesarias cuando la profundidad de la inmersión sobrepasa los 43,5 metros de profundidad (145 pies bajo el agua).Para más de 300 metros, es inevitable realizar las correcciones, para establecer la profundidad teórica máxima de la inmersión y calcular las descompresiones adecuadas.
Es necesario recordar que los supervisores y controladores, deben aplicar un factor de corrección a la lectura de profundidad realizada con el neumo, localizado en el panel de gas.
PROCESO DE EQUILIBRIO Y ACLIMATACIÓN
Cuando ascendemos en altura, hay que tener en cuenta dos procesos fisiológicos que experimenta el cuerpo humano y que pueden condicionar el buceo. El primero se denomina 'proceso de equilibrio' y durante éste, el cuerpo libera el exceso de nitrógeno que ha experimentado en la subida (a mayor altitud, la presión parcial de nitrógeno es menor en la atmósfera ambiente). Este proceso requiere de 12 horas aproximadamente.
El segundo proceso tiene que ver con la presión parcial de oxígeno y se denomina 'proceso de aclimatación'. Estos ajustes requieren de un periodo mucho más largo de tiempo, pueden durar días, y están relacionado, entre otras cuestiones, con las características fisiológicas de la persona en cuestión.
En conclusión, lo más importante es recordar la necesidad de seguir los procedimientos descompresivos adecuados para inmersiones en altitud. De este modo podremos realizar inmersiones seguras, evitando así el riesgo de enfermedades descompresivas o problemas relacionados con el ascenso a grandes altitudes.
Todos los riesgos en estas infraestructuras hidráulicas deben pasar un análisis previo
Hemos analizado algunos puntos característicos de una operación de buceo en una presa y su embalse, pero hay que considerar que estas infraestructuras son muy diferentes entre sí. Por tanto, las condiciones de trabajo variarán según su morfología, el entorno donde esté situada, las condiciones climáticas o la temperatura del agua, entre otras cuestiones. Es por eso que el jefe de equipo debe analizar con detenimiento las circunstancias, las medidas de seguridad y los procedimientos de trabajo a poner en curso.
El riesgo que requiere una mayor atención en la prevención dentro de las infraestructuras hidráulicas en la existencia de grandes gradientes de presión de agua. Las válvulas, compuertas, o los puntos de succión de agua, son zonas especialmente sensibles donde puede ocurrir este fenómeno denominado Delta P y es una de las principales causas de accidentes graves dentro de la industria del buceo comercial.
Cuando esto ocurre, la velocidad del fluido alcanza valores muy altos y genera fuerzas de succión muy grandes. En caso de atrapamiento en un flujo de estas características, el cuerpo del buzo sufre una compresión que puede ser letal.
Las presiones diferenciales se crean cuando dos espacios con agua, cada uno con un valor de presión diferente, se conectan. Las fuerzas pueden ser considerables cuando el agua fluye desde un área de alta presión a un área de baja presión, o lo que es lo mismo, cuando la altura de la columna de agua a cada lado es distinta.
Las presiones diferenciales se crean cuando dos espacios con agua, cada uno con un valor de presión diferente, se conectan. Las fuerzas pueden ser considerables cuando el agua fluye desde un área de alta presión a un área de baja presión, o lo que es lo mismo, cuando la altura de la columna de agua a cada lado es distinta. El flujo se dirigirá desde el lado con más presión al lado de menos presión, por lo que la succión siempre se generará en el lado donde exista mayor presión. Un buzo que trabaja en el lado de alta presión puede ser atraído al flujo y quedar atrapado. Esto puede ocasionar lesiones graves o, incluso, el fallecimiento del accidentado.
En este sentido, hay que tener en cuenta que, a veces, los buzos tienen que trabajar con fugas en las compuertas u otras partes de la presa, que pueden provocar corrientes de agua y atrapamiento. En todos los casos, el jefe de equipo tiene que considerar los riesgos y trasladarlo a los buzos, previa evaluación de los mismos.
Con mucha probabilidad, los incidentes originados por estos motivos, pueden evitarse si el equipo y los supervisores de buceo toman todas las precauciones razonables en esas circunstancias para proteger a los trabajadores, incluida la implementación de medidas y procedimientos adecuados para identificar y controlar los peligros.
Riesgos y planes de Inmersión
Los peligros del Delta P deben identificarse antes de que comience la inmersión, ya que una vez que un buzo entra en peligro, es demasiado tarde para realizar un rescate.
Es imprescindible que los máximos responsables de la operación (bien sean los empleados y supervisor de buceo, propietario de las instalaciones y/o constructores, según dónde se desarrolle la operación), realicen un estudio previo del lugar y de sus condiciones. Entre otras cosas, deberán preparar planes operacionales y de contingencia por escrito con aportes de uno o más de los supervisores designados.
El plan operacional incluirá:
-Medidas y procedimientos específicos del sitio para identificar y manejar los riesgos (Delta P) en la operación de buceo, antes de comenzar una inmersión e indicar qué autoridad u organismo de control de la instalación hidráulica, ha de estar informada sobre la operación de buceo.
-El plan de contingencia debe incluir las medidas y los procedimientos específicos del lugar para gestionar una emergencia de buceo en caso de que un buzo quede atrapado por un peligro Delta P.
El Papel del Supervisor y deberes del Buzo
Los deberes de los supervisores de buceo en una operación con posibles riesgos de Delta P deben reunir los siguientes requisitos:
1- Asegurarse de que los buceadores no estén expuestos a un peligro (Delta P)
2- Realizar la operación de buceo y si a pesar de todo existe probabilidad de peligro para el buzo, asegurarse de que el sitio de buceo esté adecuadamente equipado para enfrentar emergencias, como el rescate de un buzo atrapado por Delta P.
Por otro lado, los buzos han de tener en consideración otras cuestiones sobre su seguridad:
1- Conocer el plan de operaciones de buceo y el plan de contingencia en riesgo de Delta P.
2- Saber reconocer los indicadores de peligros (Delta P) en el sitio de buceo.
3- Reportar cualquier riesgo a su supervisor.
4- Rechazar un trabajo que considere inseguro.
SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES
La empresa que desarrolle la operación debe asegurarse de que todas las personas que participan en una operación de buceo sean competentes, comenzando por el Jefe de Equipo y/o Supervisor. El supervisor de buceo debe informar a todos los trabajadores asociados en la operación de buceo sobre el plan operativo, el plan de contingencia y los procedimientos a seguir durante la operación de buceo.
Todas las partes implicadas en la operación y el supervisor de buceo deben asegurarse de que un buzo esté protegido de un flujo de agua peligroso causado por diferenciales de presión o Delta P.