Mujeres bajo el agua: un aumento constante de la participación femenina en el buceo comercial
Mujeres bajo el agua: un aumento constante de la participación femenina en el buceo comercial
Tres mujeres vinculadas a la industria valoran la evolución del papel del género femenino en el buceo comercial de los últimos años
En un área de trabajo predominantemente masculino, las mujeres están emergiendo como figuras relevantes, desafiando estereotipos arraigados y forjando su camino en la industria del buceo comercial. En los últimos meses, hemos sido testigos de un fenómeno notable: un aumento significativo en la visibilidad y participación de las mujeres en todas las facetas de este emocionante campo laboral.
Históricamente, el buceo comercial ha sido un terreno mayormente reservado a los hombres. Si bien la mujer lleva décadas en el gremio, las noticias recientes nos muestran un cambio significativo. Mujeres de todo el mundo están encontrando su lugar en esta industria, ocupando roles que van desde buzos comerciales e instructoras hasta líderes sindicales y propietarias de empresas de buceo.
El cambio no se limita solo a la presencia de mujeres en la fuerza laboral subacuática, sino que se extiende a la creación de comunidades y redes de apoyo exclusivamente femeninas.
Este cambio no se limita solo a la presencia de mujeres en la fuerza laboral subacuática, sino que se extiende a la creación de comunidades y redes de apoyo exclusivamente femeninas. En Chile, por ejemplo, como publicamos en nuestra edición ADCI de marzo, se anunció la formación del Sindicato Independiente de Mujeres Buzos Profesionales de Chile (S.I.M. B.U. PRO), compuesto únicamente por mujeres buceadoras.
Las mujeres tienen presencia en el buceo profesional del país andino desde hace al menos 30 años, tanto en el buceo extractivo, científico, industrial y portuario, pero más masivamente en el área de la salmonicultura.
Con este bagaje de más de tres décadas en el sector, “era el momento de participar en las decisiones para resolver diversas problemáticas que nos atañen directamente. Así que decidimos formar un sindicato de mujeres para aportar con nuestra experiencia y visión femenina al desarrollo y mejoramiento de la industria”, según declaraba su presidenta, Carolina Pérez, a este medio.
Sin embargo, el camino hacia la igualdad de género en el buceo comercial no está exento de retos. Desde Argentina, nos llegaron informes preocupantes sobre casos de discriminación de género, donde buceadoras altamente capacitadas han sido objeto de trato injusto debido a su sexo.
Este fue el caso de Lucía de Pasquale, a quien la justicia le dio la razón en su denuncia a la compañía Mohn Drilling A.S. por discriminación en el proceso de contratación para un proyecto.
"Soy la única mujer con este título /buzo en saturación) que no han contratado para participar en el proyecto Fénix". Lucia de Pasquale
De Pasquale fue meridiana en este sentido. “En Argentina solo hay 50 buzos con titulación para bucear a gran profundidad, de los cuales 49 son hombres y yo misma, que completo esa lista. Soy la única mujer con este título y la única a la cual no han contratado para participar en el proyecto Fénix. Han preferido contratar extranjeros, también varones, antes de contratar a una mujer argentina”, denunció.
A pesar de estos obstáculos, la determinación y la dedicación de las mujeres en el sector están allanando el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo para las siguientes generaciones.
En este contexto, es esencial reflexionar sobre el papel de la mujer en el buceo comercial en España y los siguientes pasos que han de darse.
En un esfuerzo por capturar la diversidad de experiencias y perspectivas, SubaQuatica Magazine ha invitado a varias profesionales del sector a compartir sus opiniones y vivencias. A través de este reportaje, exploraremos las voces y visiones de mujeres pioneras que están dejando su huella en la industria del buceo comercial en España.
Esta es una mirada reveladora y necesaria sobre un tema que no solo es relevante en la industria del buceo comercial, sino que también refleja un movimiento más amplio hacia la igualdad de género en todos los ámbitos laborales.
“Veo que cada vez hay más chicas que entran en las escuelas, pero luego eso no se refleja en las plantillas de las empresas de buceo”
- Belia Fernández Avilés (Madrid, 1978) ha trabajado como buzo profesional desde los 22 años. En septiembre de 2015 sufrió un accidente grave por descompresión que le llevó a estar incapacitada para seguir en la profesión.
- Ha sido representante en el Sindicato de Actividades Marítimas (SAME) y ha colaborado en la realización del documental 'Buzas, mujeres con agallas', aún en fase de edición.
- Sobre la presencia de la mujer en la industria indica que “en España ha aumentado desde que yo me formé, hace más de 20 años, pero muy escasamente. En las Islas Canarias, por ejemplo, donde yo resido, es casi inexistente en la actualidad. Es verdad que a nivel Europeo se ven muchas más mujeres, sobre todo en países nórdicos, donde las empresas tienen otra mentalidad”.
Hasta que no haya una igualdad en la contratación de mujeres en el sector, seguirá habiendo una barrera
Igualmente, percibe que cada vez más chicas se matriculan en las escuelas de buceo y completan su formación, pero “después no están trabajando en ninguna empresa”, sostiene. “Hasta que no haya una igualdad en la contratación de mujeres en el sector, seguirá habiendo una barrera. En unos países más que otros, las empresas todavía tienen que cambiar mucho su actitud en cuestiones de género”.
Habiendo sido activa a nivel sindical, también cree que uno de los problemas del sector reside en la falta de conciencia de grupo. “Hay un gran desconocimiento sobre cómo se pueden cambiar las cosas si los buzos del gremio se implican en la labor que desarrollan los sindicatos. Algunos de los derechos que se pueden conseguir con esta unión son precisamente en materia de género”, recalca.
Un claro ejemplo de ello lo podemos ver en Chile. “Las mujeres han dado un paso adelante para poder tomar decisiones sobre sus condiciones como parte del sector. Durante mi participación en el documental he tenido la oportunidad de hablar con buceadoras de Canadá, Sudáfrica, EEUU, Australia o Italia y es muy curioso saber que todas hemos pasado por muchas situaciones muy similares. Nos mueve la misma pasión y sentimiento hacia el mar y todas hemos coincidido en que hemos tenido que esforzarnos y demostrar siempre más que nuestros compañeros. Todo esto es un sentimiento y experiencia global increíble”, reflexiona nuestra entrevistada.
Pienso que hay que dar más visibilidad a la mujer en este trabajo, para que las nuevas generaciones normalicen esta situación
Una vez detectados los problemas, es momento de plantear soluciones y valorar los próximos pasos que tiene que dar el sector en este sentido. “Pienso que hay que dar más visibilidad a la mujer en este trabajo, para que las nuevas generaciones normalicen esta situación y sepan que ellas pueden realizar perfectamente el trabajo como buceadoras industriales formadas. Igualmente, muchos hombres, buzos y empresarios, también tendrían que cambiar esa tradicional visión masculinizada sobre el buceo. En definitiva, una mayor educación en igualdad y más unión como las compañeras chilenas para conseguir un objetivo común: una mayor presencia de mujeres e igualdad en la contratación por parte de las empresas”, concluye Belia Fernández.
“Quise dedicarme a esto y lo he conseguido con esfuerzo. No he sentido discriminación por ser mujer. Simplemente me dedico a trabajar duro como cualquier otro miembro del equipo”
Isis Cabilla (Cádiz, 1994) es una joven buzo comercial con mucho futuro por delante. Tras formarse como 'Técnico en Operaciones Subacuáticas e Hiperbáricas' y realizar las prácticas profesionales en Divership, empresa que la contrató el siguiente año, tuvo la oportunidad de emigrar a Malta, donde trabaja actualmente para la compañía Melita Commercial Divers, realizando trabajos de inspección, reparaciones, limpiezas o pulimentos.
Su pasión por el mar le llevó a practicar buceo deportivo. “Cuando terminé mis estudios, estaba un poco perdida. Entonces vi que había una oportunidad de capacitarme como buzo profesional a través de la Formación Profesional y no lo dudé ni un momento”, recuerda.
"No encontré ninguna dificultad añadida por ser mujer. Todo lo contrario, siempre me trataron como una más"
Isis forma parte de una de las generaciones más recientes de buzos comerciales. Aunque es consciente de que en cualquier campo sigue existiendo una mirada diferente hacia la mujer, dice no haber encontrado ninguna dificultad añadida durante su periodo de formación. “ Todo lo contrario, siempre me trataron como a una más”, señala. Una situación que vivió con la misma normalidad durante su periodo de prácticas profesionales.
En su actual empleo, no siente “ninguna presión añadida” ni tampoco ha notado un trato distinto por ser mujer. “La mentalidad en este país es completamente diferente a España en muchos sentidos. Cumplo mis 8 horas como el resto de compañeros sin más y no hay malos rollos. Cada cual se centra en su faena y eso te motiva a trabajar con ganas y a que el trabajo salga mucho mejor”, añade.
“Cuando me vine aquí, solo conocía a un amigo. Al resto no los conocía pero la verdad es que son bastante competentes y si no sé algo me lo enseñan sin ningún tipo de inconveniente. Tanto en el trabajo como fuera de él, hay un ambiente y un buen rollo que se puede palpar desde lejos”, relata.
"Es importante que cada vez sean más mujeres las que se animen a unirse a este gremio"
Aunque se encuentra al inicio de su carrera profesional, Isis ya piensa en seguir formándose y especializándose. “Hace poco menos de un año, estaba ensimismada con el corte y la soldadura subacuáticas, pero ahora también estoy pensando en hacer más cosas específicas de inspecciones o incluso obra hidráulicas”. Dice que es “importante” a la par que “satisfactorio” que cada vez “sean más las que se animen a unirse al gremio”. Pero no cree que la falta de presencia femenina “se deba a una cuestión exclusivamente de discriminación, aunque existe en algunas empresas. No es cuestión del gremio, sino de la mentalidad de ciertas personas porque no solo pasa en el buceo profesional, sino en muchas otras profesiones. Creo que si no hay más presencia femenina es también porque muchas veces las propias mujeres tiramos tierra a nuestro tejado y rechazamos ciertas cosas por el hecho de que han estado etiquetadas tradicionalmente como masculinas. Debemos empezar por tener la actitud, si no, poco hay que hacer”, concluye la joven buzo comercial.
"Hace 20 años algunos alumnos se sorprendían de que su instructora fuera una mujer. Hoy en día todo eso se ha normalizado mucho y es más común ver chicas en casi todas las promociones”
Josefa García Bejarano (Cádiz, 1963) lleva 37 años en el mundo del buceo y 26 de ellos como instructora. Atesora una completísima formación en distintas especialidades, tanto como divemaster en buceo recreativo (actividad a la que se ha dedicado durante varios años) como en el sector de buceo comercial, donde cuenta con especializaciones en corte y soldadura subacuáticas, IWS (In Water Survey), operadora de cámara hiperbárica, mantenimiento de equipos de buceo y otras especialidades médicas.
A lo largo de su carrera profesional ha podido vivir en primera persona muchos de los cambios importantes producidos en el sector. Uno de ellos ha sido la incursión de la mujer en la industria, algo en lo que ha tenido la oportunidad de aportar desde su puesto como profesora técnica especialista en el Ciclo Formativo de Grado Medio 'Técnico en Operaciones Subacuáticas e Hiperbáricas' que imparte desde hace 18 años en el CIFP Zaporito de San Fernando (Cádiz).
"En estos casi 20 años he percibido un importantes cambio en la presencia y participación femenina, tanto en número como en actitud"
“Puedo decir que durante estos casi 20 años en el ciclo de buceo profesional he percibido un importante cambio en la presencia y participación femenina, tanto en número como en la actitud hacia ellas”, sostiene la instructora.
“Al principio, para algunos alumnos era un tanto extraño encontrar a chicas haciendo este ciclo. Ahora ya no tanto”, continúa.
Josefa destaca que las alumnas que acceden al ciclo son, por lo general, tremendamente aplicadas. “Las chicas quizás al sentirse en minoría tratan de dar siempre lo mejor de ellas para demostrar que ellas también valen para esto. El trato con el resto de alumnos es siempre bueno y respetuoso”, afirma.
Una de las características que más valora de las alumnas que ha tenido es su actitud. “Esta es una profesión vocacional”, enfatiza Josefa. “Hay alumnos que llegan sabiendo de qué se trata el ciclo, bien sea por algún familiar o amigo, o incluso porque llegan ya con la titulación de buzo de pequeña profundidad. Saben que es un trabajo duro y no tan ideal como parece. En cambio, otros vienen pensando que este es el trabajo de sus sueños y a lo largo del curso se dan cuenta de que esto no era lo que creían y terminan dejando el curso”, relata.
“Sin embargo, hay otros que llegan con grandes expectativas, que efectivamente van cumpliendo a lo largo del ciclo. Esto les genera aún mayor ilusión y muchas ganas y son los que suelen tardar muy poco en encontrar un trabajo en la industria cuando finalizan”.
Pepi, como la llaman cariñosamente en el centro, recuerda especialmente el caso de otra de las protagonistas de este reportaje. “Isis mostró muy buena actitud desde el principio. Sabía que esta era una buena oportunidad para lograr llegar a lo que había soñado dedicarse en el futuro”, recuerda.
“Es muy aplicada y trabajadora y siempre mostró mucha inquietud e interés por aprender. Y eso es algo fundamental en este gremio tan sacrificado”, destaca. “En cualquier caso, nunca noté que hubiera un trato distinto hacia ella por ser mujer, ni por mi parte ni por la del resto de sus compañeros”, apuntilla.
“El estereotipo del buzo desde los principios era una figura masculina. Hoy en día, la mujer ya forma parte de esta profesión. Aún somos minoría, pero el número va en aumento”
En una profesión tradicionalmente masculina, Josefa cree que a la hora de tomar la decisión de formarse en el oficio, el género no tiene mucho peso específico. “Los chicos a la hora de matricularse en este tipo de cursos no tienen en cuenta una visión masculina. Quizás sea porque son más echados para adelante, pero la misma oportunidad tienen, al menos en los centros públicos como en el que imparto clases, tanto los hombres como las mujeres”, señala.
“El estereotipo del buzo desde los principios era una figura masculina. Es algo que yo misma viví. Hoy en día, la mujer ya forma parte de esta profesión. Aún somos minoría, pero el número va en aumento”, relata con bastante esperanza.
“En mi experiencia como instructora de buceo puedo decir que muchos de los alumnos que tuve, sobre todo al principio, me miraban con cierta duda de que una mujer pudiese ejercer un puesto así. En el plano profesional sí que es verdad que algunos me han mirado por encima del hombro. Quizás no conocían ni la mitad de la formación que tengo”, afirma con algo de resignación.
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- Sobre su visión de futuro, Josefa cree que cada vez el alumnado cuenta con más medios para recibir una buena formación. “Uno de nuestros objetivos es fomentar la educación continua dentro de esta profesión y hablarles de la cantidad de cursos que pueden hacer y de lo importante que es manejar idiomas, sobre todo el inglés, para poder progresar en este sector”, sostiene.
“Como instructora supone una gran satisfacción ver cómo las personas a las que has entregado parte de tu sabiduría han conseguido iniciar su carrera en el buceo comercial, les va bien, están contentos e incluso han seguido especializándose”, concluye.