“Proponemos un método de pesca artesanal que respeta los caladeros y una alternativa laboral para los buzos”

Una Alternativa para los Buzos Comerciales

El buceo como una alternativa de la pesca sostenible de recursos marinos y una opción para salvar la escasez de oferta laboral para los profesionales de la industrial. Estas podrían ser las líneas maestras del proyecto de la Asociación de Buceadores Mariscadores de Galicia (ABMAR), que ha comenzado su andadura con el empeño de casi una veintena de buzos de esta Comunidad Autónoma tan arraigada al mar.

SubaQuatica Magazine ha entrevistado a Manuel Aneiros Gómez, natural de Ortigueira (A Coruña) y presidente de ABMAR, para conocer los objetivos del colectivo y la razón por la que nace esta iniciativa. Aneiros es buzo profesional y comenzó su formación en el Centro de Buceo de la Armada en 1998 durante el servicio militar. Su experiencia académica la completo en 2013 en el Underwater Centre de Fort William donde superó el curso Surfeace Supplied o suministro de superficie, que impartió hasta 2018 el prestigioso centro de buceo escocés.

 

P – ¿Qué es ABMAR y cuáles son sus principales objetivos?

R- ABMAR es la Asociación de Buzos Mariscadores, una entidad sin ánimo de lucro formada por buceadores recolectores gallegos, preocupados por la sostenibilidad de los recursos marinos, que han decidido crear un espacio para compartir y elaborar acciones de mejora en el ámbito en el que trabajan.

Nuestra misión es promover el uso de métodos extractivos de bajo impacto ambiental. Actualmente, se utilizan técnicas industriales de pesca que son destructivas con los fondos marinos y afectan a la cría y engorde de diferentes especies en los caladeros gallegos.

Por eso, desde ABMAR queremos promover el uso de técnicas no invasivas, para garantizar la calidad y la sostenibilidad de los recursos sin descuidar la seguridad de los buzos recolectores.

 

 

¿Quiénes componen colectivo en la actualidad y dónde nace ABMAR?

El colectivo está integrado por un grupo de buzos profesionales gallegos con experiencia dentro del ámbito industrial, que hemos apostado por desarrollar nuestra profesión dentro de una modalidad de buceo que nos gusta y que conocemos muy bien, como es la recolección de recursos marinos.

Comenzamos un grupo de 16 buceadores en la Cofradía de Barallobre y actualmente estamos integrando a buzos de otras cofradías cercanas como Ferrol. La gran mayoría de nosotros venimos de la obra civil y tenemos formación y experiencia dentro del buceo comercial.

Nuestra idea es seguir sumando afiliados a la asociación, dar a conocer nuestro proyecto a los buzos recolectores de otras cofradías y ponernos a disposición de los organismos y administraciones que requieran de nuestra aportación y conocimientos para mejorar el buceo extractivo.

 

¿Cuáles son los principales obstáculos que estáis enfrentando?

Uno de ellos, es el veto de las empresas tradicionales de pesca, que nos ven como una competencia. Pero nosotros entendemos que podemos convivir y que ambas modalidades de pesca son compatibles. Nuestra manera de recolección es sostenible y respetuosa con los fondos y participamos en la repoblación y siembra de especies como el erizo.

Por otro lado, las titulaciones de buceo profesional no se reconocen en Galicia para la extracción de recursos marinos y esto es algo que carece de sentido, puesto que la formación de un buzo comercial es mucho mayor que la de un buzo recolector.

También es necesario visibilizar más la labor de los buzos recolectores, para que el resto de marineros concilien sus labores de pesca con las nuestras y que esto no afecte a nuestra seguridad, como está ocurriendo en la actualidad.

 

¿Por qué habéis optado por la recolección en lugar del buceo comercial?

La recolección de recursos marinos está infravalorada por los buzos comerciales y, en muchos casos, se considera una actividad de segundo orden para los profesionales del buceo. Nosotros hemos entendido que es una actividad que, a nivel laboral, ofrece muchas ventajas.

El buzo comercial vive largas temporadas fuera de casa, ya que tiene que viajar allí donde está la oferta de trabajo, bien dentro de España o en el extranjero. Además, pasamos muchos meses sin trabajo esperando que haya proyectos donde poder participar. Durante esas paradas muchos buzos hemos venido optando por hacer las temporadas recolectando en mar.

“Los buzos comerciales viven largas temporadas fuera de casa y hay muy poca oferta laboral”

A día de hoy, algunos de nosotros podemos dedicarnos casi todo el año a la recolección, con jornadas laborales de entre 7 y 8 horas de trabajo. Podemos dormir a diario en casa y los jornales, aunque están muy por debajo de lo que se gana en el sector comercial, compensan bastante y ofrecen una mayor calidad de vida.

Sí, el marisqueo nos está permitiendo llevar a casa un sueldo digno y en buenas condiciones laborales ¿por qué no apostar por el desarrollo de esta actividad y, a la vez, mejorar este sector de trabajo?

 

¿Qué entendéis que puede aportar ABMAR a la mejora de las condiciones de los recolectores?

En primer lugar, el colectivo de buzos recolectores no está representado y, por tanto, no tienen voz en cuestiones vitales como la redacción de la normativa, donde podemos aportar nuestra experiencia y conocimientos. Nadie cuenta con nosotros y por eso nuestros problemas no tienen visibilidad para las administraciones que nos regulan.

En cuestiones de pesca, creemos que es importante que los organismos competentes conozcan mejor nuestra forma de trabajar, es decir, una manera de recolección completamente sostenible y que respeta los fondos marinos donde se crían las especies. Hoy en día extraemos navajas, erizos, anémonas o algas, pero queremos que los planes de explotación consideren también el buceo para la captura de ostras, zamburiñas y, sobre todo, la vieira.

Por otro lado, entendemos que nuestro sector debe atravesar un proceso de profesionalización a través de la formación. Actualmente, los buzos recolectores deben superar un curso de 15 días que consideramos que es demasiado básico para enfrentar situaciones y labores que ponen en riesgo su seguridad.

 

 

Los buzos recolectores no han estado exentos de peligros en los últimos años y hemos tenido que lamentar diferentes accidentes de naturaleza leve y otras con consecuencias mortales ¿Cómo podéis mejorar las condiciones de seguridad?

Cómo decía anteriormente, la formación es la clave y hay mucho que mejorar en este sentido. Nosotros entendemos que es necesario exigir titulaciones como las antiguas para ejercer como recolector, es decir, tener al menos el título de Pequeña Profundidad o Segunda Clase Restringida, donde los buzos conozcan las descompresiones o el concepto de inmersiones sucesivas. El curso que actualmente prepara a los recolectores tiene pocas horas de agua y los titulados tienen muchas lagunas en conceptos básicos. Esto pone en riesgo su salud y entendemos que los recolectores deben tener un título de buzo profesional.

Pero los recolectores en Galicia tenemos otros problemas de seguridad, como por ejemplo el tráfico marítimo en la zona donde trabajamos. Las embarcaciones no respetan la bandera alfa y a menudo pasan muy cerca de la zona de trabajo, a velocidades que nos ponen en riesgo. El jefe de equipo suele pitar a estos barcos, pero no hacen caso y pasan a menos de los 50 metros que deben respetar.

Creemos que es necesario concienciar a los patrones de las embarcaciones y familiarizarlos con nuestro trabajo, pero sobre todo intensificar la vigilancia sobre nuestra actividad y sancionar cuando no se respeten las normas.

 

Siguiendo con la seguridad, ¿qué técnica de buceo usáis y cómo planteáis las inmersiones?

Las inmersiones las hacemos con el narguil y no bajamos más allá de los 12 metros de profundidad, aunque pensamos que aquellos que tienen la titulación de buzo comercial deberían poder bajar hasta a la profundidad que esta les habilita. Esta es la técnica que mejor se ajusta a nuestras necesidades, ya que no tenemos carga en superficie y no corremos el riesgo de atrapamiento. Trabajar con un equipo de suministro de superficie, con panel de gases y sistema de comunicaciones para nosotros es inviable, puesto que las embarcaciones de menos de 6 metros con las que faenamos, no nos permiten tal operativa. No tenemos espacio para el equipo ni potencia, pues a la hora de navegar con el cupo (la tara de pesca), tendríamos demasiado peso.

“Los buzos recolectores deben mejorar su formación para garantizar sus condiciones de seguridad en el ámbito laboral”

Por otro lado, tener un umbilical pesado en el fondo en lugares cercanos a las piedras y con corrientes fuertes, nos puede ocasionar situaciones de riesgo, que manejamos mejor con el narguil flotando en superficie si riesgo de engancharse.

Durante el día hacemos inmersiones que no suelen exceder las 3 horas, puesto que solemos recolectar el cupo permitido de pesca antes de ese periodo de tiempo. Lo normal es que quede en superficie un jefe de equipo y dos buzos en el agua. El jefe se encarga de vigilar a los buzos en inmersión, evitar las situaciones de riesgo y pasar los sacos a los buzos para la recolección. Es cierto que en ocasiones, vemos cómo hay un jefe de equipo para varias embarcaciones, una situación que habría que remediarla aumentando al menos a un cupo más a la embarcación, para que la faena sea rentable. Es necesario definir mejor la figura del jefe de equipo en nuestra área de trabajo y que la Xunta de Galicia lo tenga en cuenta en los planes de pesca.

 

¿Crees que usar el equipo autónomo es una opción que mejoraría vuestra seguridad?

Es cierto que hay ocasiones en las que creo que sería más seguro utilizar el equipo autónomo, por ejemplo en los lugares de más tránsito de embarcaciones o cuando hay mucha corriente en la ría, pero la normativa no permite recolectar con este sistema. Quizás se debería flexibilizar la normativa y que pudiéramos adaptarnos a la mejor opción en cada caso.

También creemos que sería interesante extender el uso de máscaras faciales. En la recolección de anémona es donde más se usa, pero habría que barajar la opción de extenderla al resto de especies. También la botella de seguridad debería ser un elemento que siempre estuviera presente en el equipo de buceo de un recolector.

La normativa aún permite recolectar en apnea…

Sí, pero es algo muy residual que en un periodo de 5 o 6 años estará prohibido. Solo se renuevan licencias a los buzos que vienen desde atrás usando está técnica, que esta claramente en extinción. Quedan muy pocos en Galicia.

¿Qué proponéis a la Administración?

Creemos que ABMAR puede aportar soluciones tanto en cuestiones de sostenibilidad de los caladeros, como en la mejora de la seguridad de los recolectores. Para ello hemos creado la asociación y nos hemos puesto al servicio de las administraciones, especialmente de la Xunta de Galicia.

Proponemos una manera de pesca más artesanal y, por tanto, más respetuosa con los recursos de pesca. En otros países, como por ejemplo en Francia, Inglaterra, Noruega o Argentina, están llevando a cabo métodos sostenibles que permiten la regeneración de muchas especies que corren peligro con los métodos de pesca industriales.

Es necesario generar un espacio de debate para que los organismos conozcan mejor nuestra labor, puesto que sabemos que el trabajo de los buzos es muy desconocido. Queremos seguir aportando más soluciones en los planes de explotación y en la mejora de la normativa, por ejemplo en lo que se refiere a las titulaciones. Como comentamos anteriormente, a diferencia de otras comunidades, en Galicia no se reconocen las titulaciones de buzos profesionales para la recolección de recursos marinos y esto es algo que se debe valorar. Nuestro colectivo puede aportar experiencia y conocimientos al ámbito de la recolección y favorecer la seguridad en este sector.

Por último, el buceo extractivo puede ser una alternativa de pesca sostenible, a la vez que da salida laboral a muchos buzos profesionales españoles, que no encuentran ofertas de trabajo en el sector del buceo industrial.

Podría interesarte