Bombas, saturación y cámaras de descompresión: el relato de un buzo comercial formado en la royal navy

El Relato de un Buzo formado en la Royal Navy

Tony Groom se unió a la Royal Navy a la edad de 17 años, motivado por el sueño de ser buzo. Ese sueño se hizo realidad, y a lo grande. Groom ingresó en las filas del cuerpo de buzos especialistas en la desactivación de bombas (UXO/EOD).
En 1982 participó de forma activa en la Guerra de las Malvinas como buzo en la desactivación de minas sumergidas y retirada de artefactos que no habían explosionado durante la contienda.
Tres años después, en 1985, abandonó la disciplina militar para recorrer el mundo como buzo comercial.

Tony Groon con el uniforme de el uniforme militar

En 2007 concedió una entrevista para una televisión inglesa, con motivo del 25 aniversario de aquel conflicto entre Argentina y Reino unido. Su relato impresionó al equipo de periodistas, que le sugirieron que plasmara su historia en un libro. A finales de ese mismo año, ‘Diver’ fue publicado por la editorial Taylor Trade.
Los nueve meses previos a la publicación se los pasó aislado, como si estuviese en una descompresión eterna, rodeado de logbooks, diarios y álbumes de fotos.
“Empecé a sumar mis horas en una campana de saturación y las cifras resultaron tan asombrosas como deprimentes. Estuve alrededor de 900 días, o dos años y medio, en cámaras de todo el mundo. Hay gente que ha estado menos tiempo en la cárcel por robo a mano armada”, recuerda entre risas. “Es decir, 21.600 horas en una cámara en la que no se puede caminar más de dos o tres pasos, con otros siete hombres que, en ocasiones, olían y sonaban como un santuario de monos a la hora de la comida”, concluye.
Para el capítulo de las Malvinas contactó con muchos de sus antiguos compañeros en el cuerpo de buzos. Quería contar con sus testimonios y recuerdos de unos meses que se les hicieron muy duros y en los que el más mínimo error podía ser el último.
“De todas formas, el trabajo que hicimos en las Malvinas (Falklands, en inglés) ocupa apenas el 50 por ciento del libro”, argumenta el autor. “El resto va de buceo puro y duro, de inmersiones en las heladas aguas del Mar del Norte, de eternas jornadas en saturación y, también, de todo lo que sucedía cuando acabábamos nuestro trabajo y tocaba divertirse”, concluye Groom.
En total, unas 350 páginas de vivencias, buenas y malas experiencias y recuerdos jalonados por ilustrativas imágenes.
El éxito de ‘Diver’, del que asegura haber vendido más de 30.000 ejemplares, le animó a seguir desarrollando su faceta como escritor. En 2010 publicó su segunda obra, ‘In2Deep’.

 

Los equipos fleet clearance diving

Clearance Diving toma su nombre de las operaciones llevadas a cabo por buzos en las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial y en los años posteriores a su fin para limpiar los puertos del Mediterráneo y del norte de Europa de municiones sin explotar y trampas explosivas colocadas por los alemanes.
El entrenamiento para convertirse en un Clearance Diver dura alrededor de 7 meses. Antes de que los alumnos sean aceptados en una de las promociones, deben superar unas pruebas previas de aptitud de buceo, de una semana de duración, que se lleva a cabo en la Escuela de Buceo de Defensa, en Horsea Island, Portsmouth.
Esto implica superar el Divers Physical Fitness Test (DPFT), pruebas de resistencia física y mental y natación en superficie.

 

Los candidatos también conocen el aparato de respiración de aire para nadadores de la Royal Navy y bucean en el lago Horsea, incluidas las inmersiones nocturnas. Históricamente, la tasa de fracaso ha sido alta debido a las exigencias físicas y psicológicas del buceo militar.
Estas unidades especiales de buzos de la armada británica, con distintas denominaciones a las originales, perduran hasta la actualidad.
En las últimas décadas han participado en aquellos conflictos en los que Reino Unido ha tomado parte, como Irak, Afganistán o Libia.

 

 

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