The Underwater Centre sabía la situación, son unos mentirosos, ladrones y unos estafadores

Rosalinda Abeytia, buceadora mexicana afectada por el cese de los cursos en Fort Williams en The Underwater Centre

En el Caso The Underwater Centre se habla de estafa premeditada

El cese de las operaciones en The Underwater Centre en Fort William (Escocia) ha sido una noticia que ha generado cierto desconcierto en el mundo del buceo profesional a nivel planetario. Y es que el centro subacuático ha sido desde años una de las más importantes instituciones para la formación en su disciplina, convertido en referentes para otras escuelas en el resto del mundo y el lugar donde buzos de todas las latitudes del mundo han deseado formarse.

En SubaQuatica Magazine informamos la pasada semana (AQUÍ) de algunas de las consecuencias del cese y de los damnificados por esta situación que deja a muchas personas en una situación crítica. Nuestro medio de comunicación ha entrevistado a algunos de los estudiantes que han tenido que abandonar el curso, dos días después de su inicio. Rosalinda Abeytia es una de las afectadas (a lo largo de la semana mostraremos más testimonios):

¿The Underwater Centre estafa?

 

Rosalinda Abeytia – Buceadora Mexicana afectada por el cese de los cursos

Rosalinda, de 33 años de edad, es bióloga marina y trabajó durante varios años en barcos como observadora de especies marinas para ahorrar y poder costearse el curso. Ella recibió un correo 4 días antes del inicio del curso, donde le comunicaron que éste se aplazaba casi un mes (del 15 de septiembre al 15 de octubre). Así que dejó su trabajo y marchó a Escocia pues tenía los billetes de avión comprados.

Rosalinda Abeytia en el Canal de Panamá

“Pude alojarme el mes de espera en Estonia, donde tengo familia de mi pareja, pero ha sido un mes sin trabajar que podría haber aprovechado en México”, expresa Rosalinda.

La buceadora ha invertido 16,500 libras (18.549 euros/ 21.130,64 dólares americanos) en un curso para hacerse profesional que no ha podido recibir, mas el costo de los billetes de avión. Ya en México hizo un curso básico, pero su deseo era certificarse a nivel internacional.

“Estaba trabajando en un barco cuando me avisaron por correo electrónico del inicio adelantado del curso, así que me desplacé aprisa a Escocia y tan pronto llegué corrí a hacerme el reconocimiento médico. El primer día todo parecía normal. Vimos fisiología de buceo  e incluso nos preguntaron que a dónde queríamos que nos mandasen la certificación. También entregamos el reconocimiento médico. El segundo día vimos primeros auxilios. Fue en el tercer día, mientras estábamos desayunando, cuando nos llamaron y nos dieron la noticia de que el curso se suspendía por la situación de bancarrota del centro”, argumenta.

Abeytia se refiere a la situación como “una tragedia, una pesadilla” que le ha tocado vivir, pero por la que no quiere desanimarse y piensa volver a inscribirse al curso de alguna escuela que pueda certificarla a nivel internacional.

El pequeño alivio para su situación ha sido la fortuna de tener familia en Europa, concretamente en Estonia, donde reside ahora hasta que pueda resolver su situación.

Rosalinda Abeytia asegura que “ellos (la Dirección de The Underwater Centre) ya conocían la situación y lo sabían todo, son unos mentirosos, unos estafadores y unos ladrones. Hasta días antes estuvieron aceptando los depósitos de gente para hacer los cursos”, afirma.

“Han jugado con algo muy serio, ya que es una cantidad grande de dinero que a muchos nos ha cambiado la vida. Además, para muchos, como para mí, era un sueño hecho realidad. Les deposité esa cantidad de dinero por el prestigio que tenían, pero obviamente no son profesionales. Hasta la fecha ellos no nos han vuelto a contactar”, se desahoga Rosalinda de la mala situación en que le dejó la controvertida maniobra del centro.

Según Rosalinda: “nos comunican hay tres opciones posibles: la primera que devuelvan parte del dinero; la segunda que otra empresa compre la escuela y los alumnos se incorporen de nuevo o la tercera, que sería el cierre total”. Ahora su única esperanza es que “alguien pueda comprar el centro”, ya que cree que la tercera opción será la más probable. “Creo que nuestro dinero lo tomaron para cubrir deudas anteriores”, aseveró la entrevistada.

“No quiero volver a mi antiguo trabajo, estoy intentando que mi familia me apoye económicamente para hacer un curso en una escuela que me certifique a nivel internacional. Después podré devolverles a ellos el dinero”23

“Mientras más se hable y se conozca del caso de los estudiantes, mejor. En mi curso éramos 10 alumnos, pero había otros tantos en un curso para saturación, otros para pilotaje de ROVs y otros que pagaron cursos para comenzar en Noviembre”, nos relata la mexicana.

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