El buzo fallecido en Luanco no tenía ninguna experiencia en la recolección de ocle

Marco Antonio Pastor, de 46 años y nacionalidad peruana, falleció a consecuencia de un fallo cardiorrespiratorio durante una jornada de recolección de ocle en aguas próximas a la isla del Carmen, en Luanco (Asturias).
Pastor, que residía en Galicia desde hacía más de dos décadas, realizaba su primera inmersión profesional para la extracción de este recurso marino.
El testimonio de un compañero de trabajo
SubaQuatica Magazine ha contactado con uno de sus compañeros de trabajo, que ha indicado que el buzo fallecido “carecía de experiencia previa en la actividad y en el mundo del buceo en general”.
Pastor había obtenido el título de buceador-recolector en Asturias en 2024, a los 45 años, pero no logró plaza en la campaña del año pasado.
Fue este año cuando accedió por primera vez a una embarcación, movido por las oportunidades que ofrece esta actividad y de las que era conocedor “por otros compañeros y amigos que llevan varios años trabajando en la zona”.
De hecho, el compañero consultado apunta a que el accidente pudo deberse a una reacción tras una situación de pánico bajo el agua, que le llevó a escupir el regulador, provocando su ahogamiento.
“Es posible que no supiera cómo reaccionar. No tenía ninguna práctica real. Un curso de unas cuantas horas habilita legalmente a trabajar, pero no enseña otras cosas importantes, como gestionar situaciones límite”, señala.
El accidente tuvo lugar a unos nueve metros de profundidad, dentro de lo habitual en esta actividad. Según ha podido saber SubaQuatica Magazine, el buzo estaba trabajando junto a otro compañero (que fue quien realizó el recate) en una embarcación que completaban un patrón y un marinero. Utilizaban la técnica de buceo hookah o narguilé (con botella de seguridad), común en la campaña del ocle y permitida para esta actividad bajo el paraguas del Decreto 550/2020.
El caso recuerda al del senegalés Sadibou Seck, fallecido en 2021 en Cantabria en circunstancias similares, donde la inexperiencia fue determinante.”Es lo mismo que pasó con el chico senegalés hace 4 años“, refería el buzo al que Subaquatica Magazine ha podido entrevistar y que prefiere no revelar su identidad.
La investigación está en curso, pero el testimonio recogido apunta a una alarmante brecha entre la capacitación legal y la experiencia real exigida para una actividad de alto riesgo como la recolección submarina.
SubaQuatica Magazine sigue contactando con más profesionales del sector que puedan aportar más aspectos sobre la naturaleza de esta actividad y las formas en las que se lleva a cabo.
