Los particulares cascos de olla del sueco Emil Carlsson que fueron falsificados en Polonia

Los cascos de olla de Emil Carlsson

Si por algo son fácilmente reconocibles los cascos que fabricó Emil Carlsson, es sin duda por su particular diseño, que algunos coleccionistas denominan pot o cascos de olla.

Carlsson fue un fabricante sueco que fundó su negocio en Estocolmo a principios del siglo XX y del cual no se conserva demasiada información. Sabemos que se mantuvo al frente de su negocio durante 40 años y que lo dejó en manos de su yerno durante otros 24 años. En el verano de 1976 fue absorbida por Dykeryfirmen Hajen en Uddevalla.

Datos aparte, las manufacturas de la firma sueca son muy cotizadas por los amantes de los cascos clásicos de buceo, que siguen rebuscando en antiguos almacenes y trasteros de viejos buzos, rastros de la actividad fabricadora de Carlsson para determinar cuántos cascos construyó.  

En los últimos años aparecieron en el mercado de compra y venta de antigüedades demasiadas piezas de Emil Carlsson, un fenómeno que contrastaba con la limitada actividad que el fabricante mantuvo en sus años de producción y especialmente con el número de unidades que Carlsson produjo del modelo en cuestión. Esto hizo saltar las alarmas entre los coleccionistas, quienes conocían al detalle el número de cascos fabricados por el sueco con ese diseño concreto.

La oferta provenía de algunos distribuidores alemanes y holandeses, así que los coleccionistas tomaron esa pista como punto de partida de su investigación.

La peripecia de los expertos hizo posible averiguar que el ingente número de cascos a la venta como antigüedades, era fruto de la producción de falsificaciones que un taller ubicado en Gdynia (Polonia) estaba llevando a cabo.

Al parecer, tras la Segunda Guerra Mundial, Carlsson suministró 7 equipos de buceo en ese país, cuestión que podría tener una conexión directa con el fraude. Los productores polacos pusieron a la venta el modelo del casco pot original a través de distribuidores de los países antes mencionados, para evitar el contacto directo con el comprador.

Ha sido así como la comunidad de coleccionistas de antigüedades ha logrado frenar el fraude de los cascos pot de Emil Carlsson.

Los expertos recomiendan siempre preguntar al propietario por la historia de la pieza y solicitar fotos antiguas que muestren el casco usado, para evitar problemas tras una compra que suele suponer un importante desembolso.

Más de 60 años en el mercado

En el año 1910, el buzo Emil Carlsson abrió su propia firma para la fabricación de cascos y equipos con el nombre de Dykerifirma Emil Carlsson. Su actividad prospera y en 1925 construyó un nuevo taller en el número 7 de la calle Falugatan, en el corazón de Estocolmo, y rebautizó su empresa como Dykerifirma Emil Carlsson & Son AB. En 1940 celebró su 30 aniversario en la industria del buceo, con piezas novedosas dentro de su catálogo, del que aún se conserva algún ejemplar a papel.

En 1951, Emil Carlsson se jubila y su yerno Fritiof Morell se hace cargo de la empresa y la dirige hasta su fallecimiento en 1976. En el verano de ese año, Diving Company Emil Carlsson & Son AB se vende a Diving Company Hajen ubicada en Uddevalla, en la costa oeste sueca.


Un pionero del buceo sueco

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, Estocolmo experimenta un desarrollo industrial, que tuvo en los puertos y en astilleros de la ciudad, su principal punta de lanza. La necesidad de usar equipos para las actividades submarinas, llevaron a Emil Carlsson a emprender su propio proyecto empresarial.

Buzos suecos en equipos Carl Axel Lindqvist 1828 -1904 y Emil Carlsson 1910 – 1952.

Comenzó en un pequeño taller artesanal y más tarde alcanzaría mayor producción con pedidos internacionales, que le llevarían a ampliar su taller y fundar Emil Carlsson & Son S.A.

Los primeros pasos de la industria subacuática requerían la fabricación de equipos y accesorios, así como todos los elementos necesarios para las inmersiones que aquellos pioneros del buceo en Suecia. Además del particular diseño de sus cascos (como hemos visto en la página anterior), hay que atribuirle el novedoso diseño en la fabricación de los llamados ‘medios trajes’. La facilidad para engordar de aquellos buzos llevó al sueco a producir trajes hasta la cintura, ya que los trajes enteros que se usaban en aquella época, quedaban pronto en desuso por los malos hábitos alimenticios de los buzos.

Emil Carlsson fue el primer presidente de la Asociación Sueca de Buceo, un colectivo que se organizó a principios del siglo XX para defender sus derechos y así poder negociar sus salarios o establecer los horarios de trabajo hasta 8 horas.

Además de ser uno de los primeros buzos de la región, Carlsson usaba el patio de las instalaciones de la nueva fábrica que fundó en 1925, como espacio para el entrenamiento de los buzos que trabajaban en su compañía.

Los méritos de este precursor del buceo europeo se extendieron por el continente. El uso de sus modelos de casco de ‘olla’, las bombas de aire de barril y otros elementos que llevan el sello de su compañía, se impusieron en los países de Escandinavia. Buena muestra de ello son las imágenes históricas que han quedado para el recuerdo de aquellas primeras inmersiones en la zona norte del continente.

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