“Las limpiezas de fondos necesitan un protocolo de actuación específico”

Nota: Esta opinión forma parte del amplio dossier publicado en el número 10 de SubaQuatica Magazine acerca del debate creado en el sector del buceo por la proliferación de limpiezas de fondos marinos con buzos voluntarios. Puedes encontrar este reportaje junto con otros artículos interesantes pinchando AQUÍ.
Rol Freeman, Director de AOLDE

La visión a nivel general acerca de las limpiezas de fondos marinos es positiva, ya que para la opinión pública estas acciones tratan de mejorar las condiciones medioambientales y preservar nuestros mares y océanos.
Pero es cierto que hay que tener en cuenta varias cuestiones que afectan tanto a los buzos comerciales, como a los buceadores recreativos que participan en las limpiezas como voluntarios.
Y me refiero a que todos debemos ser sensibles con lo que supone realizar una acción de este tipo, cuáles son los objetivos y cómo debemos procurar que se desarrolle. Si hay equilibrio en las limpiezas de fondos marinos, todos pueden sumar.
Es importante tener en cuenta que las administraciones públicas son las responsables, en muchos casos, de la conservación y protección de los fondos. Sin embargo, da la impresión que han renunciado a ejercer esas competencias. Desde confederaciones hidrográficas hasta los ayuntamientos, pasando por toda la red administrativa, cada una de las instituciones públicas tiene un papel determinante para que, por un lado, las basuras no lleguen a los mares, y por otro, que en caso de que lo hagan, actuar en consecuencia.
Algunas comunidades autónomas españolas, como es el caso de Canarias, han sido penalizadas por no cumplir la normativa de vertidos al mar, es decir, por la mala gestión en los emisarios marinos.
Las limpiezas de playas, puertos y fondos marinos es una obligación para las administraciones, al igual que las carreteras o los espacios verdes. Por tanto, es también lícito que estas acciones generen empleo más allá de su compatibilidad con las limpiezas con voluntarios.
En este sentido, he de puntualizar que las limpiezas de fondos en puertos es lo que más controversia genera, puesto que estas zonas están restringidas exclusivamente a los buzos comerciales o industriales. La normativa es explicita en estos casos: “los buzos recreativos o deportivos no pueden bucear en puertos”.

Un protocolo para las limpiezas de fondos

Ahora bien ¿cómo debe desarrollarse una limpieza de fondos marinos? Desde mi punto de vista es aquí donde ha de centrarse este debate, ya que estas iniciativas debieran ser una acción conjunta de buceadores recreativos y buzos comerciales, en la mayoría de los casos.
Para ello, habría que estandarizar y poner en práctica un protocolo que, al menos, incluyera los siguientes pasos: categorizar los residuos hallados; realizar una base de datos y análisis por comunidad científica; determinar quién debe sacarlos y trabajar en la sensibilización y educación. Estas acciones, su procedimiento y su resultado deben servir para realizar campañas de concienciación ciudadana, que sirvan para preservar el medio ambiente.
En conclusión, todo el que practica el buceo, por su profesión o por ocio, tiene especial sensibilidad con lo que encontramos en los fondos. Todo submarinista por inercia sube en el chaleco algo a superficie en la inmersión.
Pero la conservación y protección de los fondos debe depender de acciones coordinadas en las que todos debemos aportar lo correcto de la manera correcta. El número de limpiezas va en aumento, pero debemos tener en cuenta la calidad de las mismas por encima dela cantidad.

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