El papel del buzo en la vida de un buque: inspecciones clasificadas
El papel del buzo en la vida de un buque
En el vasto y dinámico mundo de la navegación marítima, la seguridad y la integridad de los buques son imperativas totalmente ineludibles. En este contexto, las sociedades clasificadoras de buques emergen como pilares fundamentales, encargadas de garantizar que las embarcaciones cumplan con rigurosas normativas y estándares de seguridad. Esto implica verificar el cumplimiento de las normativas de seguridad, evaluar la aptitud del buque para operaciones seguras y supervisar el mantenimiento y la reparación del buque para prevenir riesgos para la tripulación. Esta responsabilidad se extiende a todos los aspectos relacionados con la seguridad del buque, incluida la protección de la tripulación que opera a bordo.
Sin embargo, incluso con los más altos niveles de certificación, los buques y las unidades offshore están sujetos a los embates del tiempo, la corrosión y los imprevistos del océano, lo que hace necesario el papel complementario de las empresas de buceo comercial en el mantenimiento y reparación submarina.
Las sociedades clasificadoras, entidades reconocidas y autorizadas por las autoridades marítimas internacionales, desempeñan un papel crucial en la vida de un buque.
Las sociedades clasificadoras, entidades reconocidas y autorizadas por las autoridades marítimas internacionales, desempeñan un papel crucial en la vida de un buque. Desde su construcción hasta el final de su ciclo útil, estas organizaciones supervisan y certifican cada aspecto del buque, desde su diseño estructural hasta sus sistemas de propulsión y seguridad. Bajo su escrutinio se encuentran cuestiones vitales como la resistencia del casco, la eficiencia de los sistemas de navegación y la capacitación de la tripulación, todo ello en estricto cumplimiento de normativas como las establecidas por la Organización Marítima Internacional (OMI).
Para mantener la certificación y operatividad de los buques, las sociedades clasificadoras establecen una serie de inspecciones periódicas que van desde revisiones visuales hasta pruebas de laboratorio especializadas. Estas inspecciones son cruciales para detectar y abordar cualquier deterioro o fallo potencial antes de que pongan en peligro la seguridad de la embarcación y su tripulación.
No obstante, incluso con un mantenimiento riguroso en tierra, los buques están expuestos a los elementos y a condiciones extremas en el fondo del mar, lo que puede ocasionar daños que requieren intervención inmediata. Aquí es donde entran en juego las empresas de buceo comercial, especializadas en operaciones submarinas de mantenimiento, reparación y salvamento. Desde la limpieza del casco y la reparación de soldaduras hasta la inspección de sistemas submarinos y la recuperación de objetos perdidos, estas empresas desempeñan un papel vital en el mantenimiento continuo de la seguridad y operatividad de los buques.
En este reportaje, exploraremos la interacción entre las sociedades clasificadoras de buques y las empresas de buceo comercial, destacando cómo su colaboración garantiza un estándar óptimo de seguridad y fiabilidad en la navegación marítima.
Los buques deben superar diferentes inspecciones a lo largo de su ciclo vital
En la industria marítima, las sociedades clasificadoras desempeñan un papel crucial en la garantía de la seguridad y la fiabilidad de los buques en alta mar. Para ello, se realizan tres tipos de inspecciones de clase, cada una de las cuales implica la participación de un inspector de la sociedad clasificadora y la revisión de documentación específica.
La primera de ellas es la 'Inspección Anual del Casco'. Durante esta inspección, un inspector de la sociedad clasificadora examina detalladamente la integridad estructural del casco del buque. Se verifica la documentación relacionada con la construcción y el mantenimiento del casco, incluyendo certificados de materiales utilizados, registros de reparaciones anteriores y cualquier otro documento pertinente. El inspector realiza una inspección visual y física del casco, buscando signos de corrosión, grietas o deformaciones que puedan comprometer su resistencia. Comprueba que todos los equipos y sistemas funcionen correctamente.
Las inspecciones a flote son clave en el mantenimiento de un buque, pues pueden detectar un posible problema sin interrumpir los tiempos de navegación
La segunda de ellas es la 'Inspección Intermedia'. Esta inspección sigue un proceso más especializado y se realiza en un periodo máximo de 36 meses. En ella se realiza una evaluación de áreas específicas del casco y otros componentes sumergidos del buque, con lo cual suelen requerir la participación de buzos comerciales para realizar inspecciones subacuáticas. La necesidad de inspecciones subacuáticas con profesionales submarinos puede variar según las condiciones específicas del buque y las regulaciones marítimas aplicables y las políticas de la sociedad clasificadora.
Durante la inspección al casco de un buque a flote o In water survey (IWS), el equipo de buceo emplea métodos visuales, de ultrasonido, sí es necesario y cámaras subacuáticas para evaluar el estado general del casco y todos los sistemas adyacentes al casco, como hélices o timones, entre otros muchos elementos. Esta inspección preventiva, que es clave en el mantenimiento de buques, permite detectar problemas sin interrumpir los tiempos de navegación del navío, siendo menos costosa y disruptiva que una en dique seco. Aunque no reemplaza totalmente la inspección en dique seco, complementa el proceso y facilita evaluaciones más frecuentes del buque.
La tercera es la 'Inspección Especial' y se realiza cada cinco años en dique seco para garantizar sus óptimas condiciones de navegabilidad. Este ciclo quinquenal comienza a contar regresivamente desde su botadura y debe mantenerse activo periódicamente a lo largo de su vida útil.
Durante la misma se lleva a cabo una evaluación detallada del buque, para detectar y abordar cualquier daño, corrosión o desgaste que pueda haber tenido a lo largo de este periodo. También se inspeccionan los sistemas críticos a bordo, las conexiones soldadas, las hélices, el sistema de propulsión, sistemas eléctricos, la documentación relacionada con la tripulación, los permisos y seguros o se chequean de los sistemas de refrigeración, entre otras muchas cosas.
Las inspecciones especiales en dique seco se realizan cada 5 años, aunque es posible solicitar una inspección Lieu of Dry Docking para modificar de manera puntual este periodo
Además de la revisión física, se actualizan y revisan registros de mantenimiento y reparaciones desde la última inspección especial. Se verifica el cumplimiento de acciones correctivas previas y se evalúa el historial de mantenimiento y rendimiento operativo del buque. Esta inspección se integra también en el programa de mantenimiento preventivo y es esencial para garantizar la seguridad y operatividad continua del buque.
Puede ocurrir que el buque necesite entrar a dique seco para la inspección, pero no tenga un astillero disponible próximo a su ruta e navegación. En ese caso existe una inspección denominada Underwater Inspection in Lieu of Dry Docking (UWILD), que es una alternativa a la inspección en dique seco para determinados tipos de buques que necesiten aplazar la entrada al astillero. Técnicamente sigue los mismos criterios y procedimientos que una inspección a flote (IWS), siendo importante la comunicación entre el armador y el inspector de la clasificadora, para incidir en alguna posible deficiencia. Estas inspecciones deben ser solicitadas de manera puntual por el armador, ya que si el buque no cumple con los plazos de la revisión especial, puede perder su certificado de navegación.
Sin embargo, existen buques con características especiales, como son los graneleros, petroleros y buques que transporten productos químicos peligrosos a granel, cuyo ciclo para las inspecciones especiales requieren mayor atención. Estos necesitan reforzar sus inspecciones aplicando el 'Programa de Inspección Reforzada' (Enhanced Survey Program).
Se trata de una guía que sirve para preparar el buque de cara a las inspecciones especiales con el fin de mantener su seguridad mientras está en el mar o en un puerto. Para ello, el armador debe desarrollar un programa de inspección (con la planificación de las inspecciones y trámites), que debe ser presentado a las autoridades reconocidas o a las sociedades de clasificación con 6 meses de antelación. El programa debe incluir propuestas para la inspección especial, incluidos los medios para proporcionar acceso para la inspección visual especifica o directa y la medición de espesores.
Si estos buques tienen más de 15 años de antigüedad, las inspecciones subacuáticas, o In water survey, nunca pueden reemplazar o aplazar la entrada a dique seco en estos casos.
Conocimientos y experiencia son las claves en las inspecciones a buques
El inspector es la pieza clave de la inspección clasificada, no solo porque su perfil profesional está altamente cualificado en la industria marítima o la ingeniería naval y mecánica, sino porque es quien establece los parámetros y objetivos para que ésta se ejecute con éxito.
Es por eso que las reuniones previas a la operación con el inspector de la sociedad clasificadora serán un punto de partida fundamental para realizar un trabajo eficiente. El inspector estará presente durante el desarrollo de la operación junto al supervisor de buceo para obtener las informaciones necesarias y convenientes. Si existen dudas o detecta anomalías, puede interferir durante el desarrollo de la inspección del buzo.
Su amplia experiencia y sus conocimientos profundos sobre las normativas y estándares internacionales, son esenciales para realizar correctamente la inspección clasificada. Pero estas consideraciones deben estar en armonía con la experiencia y la formación tanto del supervisor de buceo, como de los buzos comerciales que participan en una inspección clasificada.
Las habilidades de comunicación técnicas del buzo y el supervisor deben tener la máxima solvencia y fluidez para obtener una inspección con garantías de calidad
Las habilidades de comunicación del equipo humano que participa en la inspección, fundamentalmente del inspector, el supervisor del equipo de buceo y el buzo en inmersión, deben tener la máxima solvencia y fluidez en cuestiones técnicas. Por tanto, todos deben tener una buena base de conocimientos técnicos del buque o la unidad offshore que se va a inspeccionar y sobre su funcionamiento en general. Además, este trabajo implica la interacción de otras partes interesadas, incluyendo propietarios de buques, tripulación o autoridades marítimas, por lo que es fundamental que puedan comunicarse claramente. El uso de un idioma común, preferiblemente inglés, será crucial para el correcto desempeño de la actividad.
Las inspecciones subacuáticas requieren de buzos altamente capacitados, con una amplia formación y experiencia en trabajos con buques a flote. Además, deben conocer las herramientas y los sistemas de inspección especializados que ofrecen mejor rendimiento en estos trabajos.
Para que una empresa de buceo obtenga la clasificación de una sociedad clasificadora, deben cumplir con ciertos requisitos de experiencia. El jefe de equipo debe tener al menos dos años de experiencia en inspecciones y trabajos de buques. Por otro lado, los buzos que participen en las inspecciones deben tener al menos un año de experiencia trabajando en buques, realizando una variedad de tareas como limpieza de casco, pulido de hélices, cambio de ecosonda, limpieza y apertura de rejilla, trabajos de inspección o reparación en las palas de la hélice, soldadura de ánodos, entre otras.
En una inspección, los buzos son los ojos del equipo en superficie, por tanto es necesario tener el conocimiento y el lenguaje técnico necesarios para poder transmitir lo que se está revisando
En una inspección clasificada, los buzos son los ojos del inspector y el supervisor que están en superficie y, por tanto, es necesario haber adquirido el conocimiento y lenguaje técnico necesario, para trasladar lo que está viendo bajo en agua. Es decir, debe ser capaz de identificar un posible problema a partir de un indicio en la estructura, describir al detalle ese problema, dimensionarlo, mostrarlo a través de la cámara, grabarlo y fotografiarlo. Todo esto lo hará mientras se comunica con el inspector para trasladarle qué ocurre en el buque y que este pueda tomar las decisiones oportunas.
Dominar el inglés es fundamental para garantizar la calidad de la inspección clasificada; es necesario estar familiarizado con los tecnicismos
Por todo esto, el dominio del inglés es fundamental para garantizar la calidad de la inspección clasificada. Tanto el inspector como el equipo deben estar familiarizados con el idioma y sus tecnicismos, ya que las inspecciones y los informes deben realizarse en inglés para facilitar la comunicación y la comprensión entre todas las partes involucradas.
En el proceso de elaboración de los informes, el uso correcto del inglés será determinante para agilizar los trámites. Después de la inspección, se genera un informe provisional que se entrega inmediatamente, con copias enviadas a la sociedad clasificadora, al capitán del barco y a la empresa de buceo. Ésta última completa este informe provisional con reportes gráficos y audiovisuales, lo que resulta en un informe final que se entrega, normalmente en un plazo de 24 horas.
Paralelamente, se realiza la evaluación por parte del inspector y el veredicto sobre el buque. Es decir, con los informes recibidos, el inspector realiza su evaluación del estado del buque, especialmente de las obras vivas, e informa sobre posibles incidencias. Durante todo este proceso, es crucial que la información y la documentación estén disponibles en inglés para agilizar la revisión y comparación de los informes.
La formación del buzo
Es fundamental reconocer que, a pesar de su experiencia, algunos buzos pueden caer en errores por usar patrones de inspección mecanizados y un conocimiento del inglés que se limita a situaciones frecuentes. Esto ocurre especialmente por enfrentarse a situaciones inusuales. Esto puede generar contratiempos en la comunicación durante la inspección, especialmente cuando se enfrentan a escenarios inéditos que requieren una descripción detallada o una acción más específica. En estos casos, la intervención del supervisor es esencial para facilitar una comunicación fluida y precisa entre el buzo, el supervisor y el inspector.
Así pues, hay que señalar que los conocimientos técnicos de ambos profesionales, buzo y supervisor, deben ser adecuados y acordes con las exigencias de la inspección visual subacuática. De no ser así, el inspector tiene facultades para detener la inspección clasificada y pedir una recalificación de la empresa de buceo, con el consiguiente perjuicio para la empresa y para el armador que contrató sus servicios, que puede padecer una demora en su ruta de navegación.
Mientras que la experiencia laboral proporciona una base importante y sólida, pero la falta de formación adecuada sobre los procesos específicos puede llevar a errores.
Es esencial reconocer la diferencia entre el conocimiento adquirido a través de la formación en un centro de entrenamiento y el aprendizaje práctico en el campo. Mientras que la experiencia laboral proporciona una base importante y sólida, pero la falta de formación adecuada sobre los procesos específicos puede llevar a errores. Este desequilibrio entre teoría y práctica puede ser un factor en casos donde los buzos no comprenden plenamente la extensión de su responsabilidad, lo que puede resultar en consecuencias graves para el armador, los buzos y terceros en caso de accidentes o daños medioambientales.
Por lo tanto, la inspección de estructuras, ya sean buques o instalaciones offshore, demanda un programa de aprendizaje integral que vaya más allá de los estándares actuales de muchas escuelas de buceo. Este enfoque debe incluir un profundo conocimiento de los sistemas involucrados, su funcionamiento básico y los problemas comunes asociados, así como las posibles soluciones para estas eventualidades.
Antes de embarcarse en una inspección clasificada, es imperativo que el buzo tenga una comprensión completa del sistema en el que va a trabajar. Esto incluye una familiaridad con el tipo de sistema, su funcionamiento y los posibles problemas que puedan surgir durante su vida operativa. Entrar en el agua con una comprensión clara de lo que se encontrará es crucial para realizar una inspección efectiva; de lo contrario, se corre el riesgo de no poder evaluar correctamente las partes más críticas, lo que dificultaría el trabajo del supervisor de buceo y el inspector.
Cómo mejorar el conocimiento de los buzos en las inspecciones clasificadas
Para abordar las deficiencias en el conocimiento de los buzos en inspecciones clasificadas, es fundamental implementar estrategias que combinen la experiencia práctica con la formación especializada. Estas son algunas sugerencias para mejorar la preparación de los buzos en estas operaciones:
1. Entrenamiento específico en centros especializados: Los buzos deben seguir un entrenamiento específico sobre operaciones a buques a flote para garantizar la calidad de su formación y adquirir los conocimientos necesarios. Por lo general, los cursos estándar en las escuelas de buceo incluyen contenidos teóricos sobre este tema, pero es recomendable especializarse aun más a través de entrenamientos dedicados exclusivamente a estas operaciones. Solo así el buzo adquiere las habilidades técnicas y el conocimiento necesario para realizar inspecciones clasificadas de manera eficiente y segura.
2. Consulta de base documental: Es importante que los buzos accedan a una base documental sólida proporcionada por organismos reconocidos, como las sociedades clasificadoras. Estas organizaciones suelen ofrecer material educativo y directrices detalladas sobre los procedimientos de inspección, los estándares de seguridad y las mejores prácticas en la industria marítima.
3. Aprendizaje de profesionales experimentados: Los buzos pueden enriquecer su conocimiento al interactuar y aprender de profesionales experimentados en el campo de las inspecciones submarinas. La mentoría y el intercambio de conocimientos con buzos veteranos y otros expertos en la industria proporcionan una invaluable perspectiva práctica y experiencial.
4. Manuales especializados: La consulta de manuales especializados, como el "In Water Survey" de Ricardo Soares, puede ser una herramienta inestimable para los buzos que deseen profundizar en los detalles técnicos y los procedimientos específicos relacionados con las inspecciones submarinas. Estos manuales ofrecen una guía detallada sobre los aspectos clave de la inspección, proporcionando una referencia útil para los buzos durante su entrenamiento y práctica en el campo.
Al combinar estas estrategias, los buzos pueden fortalecer su conocimiento y habilidades en inspecciones clasificadas, mejorando así su capacidad para llevar a cabo estas operaciones de manera efectiva y segura.