René Théophile Nuytten nació en Vancouver (Canadá) en 1941 y ha pasado más de medio siglo desarrollando equipos que permitieran desafiar los límites que entrañaban las profundidades de los mares y océanos.
Pero, no se engañen. Nuytten no era ningún loco. Tampoco uno de esos extravagantes adinerados con sobredosis de narcisimo: la seguridad fue siempre una prioridad.
A los 16 años abrió la primera tienda de buceo de su ciudad, impartiendo cursos de buceo, diseñando su propio equipo y fabricando trajes secos cuando volvía de la escuela.
A fines de la década de 1950 ya trabajaba como buzo comercial, una experiencia en primera persona que le dio la base para idear y desarrollar nuevos equipos.
SUS HITOS EN EL BUCEO
A fines de la década de 1970, Nuytten jugó un papel decisivo en el desarrollo del Newtsuit, un sistema de buceo atmosférico con una capacidad de inmersión de 300 metros.
Se basó en un diseño propio con juntas rotativas que eliminaba la necesidad de realizar la descompresión y permitía el grado de movilidad y destreza necesarios para operar durante largos períodos a gran profundidad.
Dicho modelo sería el precursor del famoso Exosuit ADS (Atmosferic Diving System), el traje de carcasa rígida y ultraligera que sigue siendo utilizado por empresas de buceo comercial, armadas y proyectos de investigación oceánica desde que se lanzara en 2012.
El exotraje, valorado en 1,2 millones de dólares, se utilizó por primera vez en las expediciones de investigación submarina Barlow Bluewater (exploración de lechos profundos en la costa de Massachussets) y Antikythera (estudio del pecio de época romana Anticitera).
En la década de 1990, el sistema de rescate submarino Remora de Nuytten, un vehículo subacuático tripulado capaz de conectarse a un submarino averiado en distintos grados de inclinación, se describió como el sistema de este tipo con mayor capacidad técnica del mundo.
Fue usado por la Marina australiana y más tarde, como Sistema de Módulo de Rescate Presurizado (PRMS), por la U.S. Navy.
APORTACIONES AL BUCEO
Durante las décadas de 1960 y 1970, participó en el desarrollo de tablas de descompresión de mezcla de gases y participó en inmersiones experimentales a gran profundidad que ayudaron a establecer estándares internacionales duraderos.
En 1968 formó parte del equipo del proyecto Nesco, que logró las primeras inmersiones aguas abiertas a 180 metros. En 1972 escribió el protocolo para Deep Work 1000, la primera inmersión de buceo en saturación realizada en Estados Unidos a 304 metros de profundidad.
En 1965, Nuytten fundó Can-Dive Services y, cuatro años más tarde, fue cofundador de la conocida compañía Oceaneering International. Ambas fueron pioneras en proyectos de desarrollo submarino, y la última se convirtió en una de las empresas públicas de habilidades submarinas más grandes del mundo.
En 1982, el empresario formó Nuytco Research, empresa que se convertiría en líder mundial en el desarrollo y operación de tecnología submarina: diseño, construcción y operación de trajes de buceo atmosféricos, sumergibles, ROV, luces, propulsores y otros equipos.
NASA, NATIONAL GEOGRAPHIC Y HOLLYWOOD
Otro logro notable en su extensa carrera fue el desarrollo del microsumergible tripulado DeepWorker, con capacidad de inmersión de 600 metros.
Este vehículo fue utilizado por National Geographic y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) para sus expediciones científicas en aguas profundas dentro del programa de Mares Sostenibles.
Nuytten también trabajó para la NASA durante más de 25 años, en aplicaciones relacionadas con tecnologías espaciales y submarinas. Él y su equipo entrenaron a los astronautas de la NASA y de la Agencia Espacial Canadiense para pilotar submarinos DeepWorker para el proyecto de operaciones ambientales extremas de la NASA (NEEMO), como preparación de futuras exploraciones espaciales.
Muchos documentales de cine y televisión se basaron en los avances tecnológicos de este pionero. Participó activamente como asesor técnico en muchos proyectos cinematográficos, entre los que destaca el rodaje de la película The Abyss, dirigida por James Cameron, en el que también aportó gran parte del material submarino.
Que el Gran Azul guarde su gloria para siempre.