Chile avanza en su Proyecto de Ley para la Protección del Buzo 

El proyecto de ley que crea el contrato de buceo y actividades conexas en Chile, presentado en julio de 2024, busca dar respuesta a las condiciones laborales y riesgos que enfrentan los buzos profesionales, particularmente en la industria acuícola, como la salmonicultura, y otras actividades subacuáticas.

Durante las siguientes semanas, el Congreso recibió a distintos colectivos gremiales del país que valoraron el texto y realizaron sus aportaciones en distintas cuestiones, tanto técnicas, de seguridad, laborales e incluso médicas.

En este reportaje, contamos con las aportaciones del Movimiento Social Buzos Profesionales de Chile y del Sindicato Independiente de Mujeres Buzos Profesionales de Chile, (S.I.M. B.U. PRO).

ANTECEDENTES Y PROBLEMÁTICA

Chile es uno de los mayores productores de salmón en el mundo, y la labor de buceo profesional es clave en la operación y mantención de esta industria. Los buzos se encargan de actividades como la inspección y reparación de jaulas de cultivo, anclajes, boyas, y equipos de monitoreo y alimentación. Sin embargo, el buceo es una actividad con altos riesgos, debido a las condiciones extremas que los trabajadores enfrentan durante las inmersiones.

Entre las principales preocupaciones están los accidentes graves y fatales que han ocurrido en el sector. Desde 2021, se han registrado más de 30 accidentes graves, seis de ellos fatales, lo que ha llevado al Gobierno a tomar medidas urgentes para mejorar la seguridad y proteger a los buzos. Las cifras de la Dirección del Trabajo también reflejan un alto número de denuncias contra empresas que incumplen las normativas laborales vigentes, lo que pone de manifiesto la necesidad de una regulación más clara y estricta.

En cuanto a los riesgos, los buzos enfrentan no solo la posibilidad de accidentes durante la inmersión, como descompresión inadecuada o fallos en los equipos, sino también la exposición a condiciones extremas a lo largo de su carrera, lo que puede generar problemas fisiológicos crónicos. Además, existe una alta informalidad en la contratación, con empresas constituidas por los propios buzos para prestar servicios a grandes compañías, lo que genera disparidades en las condiciones laborales y preventivas.

OBJETIVOS DEL PROYECTO DE LEY

El proyecto de ley tiene como objetivo reconocer el buceo profesional como una actividad que requiere una regulación laboral específica, diferente de los contratos existentes para trabajadores embarcados o portuarios eventuales. Además, busca fortalecer la protección de los buzos en términos de salud y seguridad en el trabajo, mejorando las condiciones laborales y estableciendo normativas claras que los empleadores deben cumplir para garantizar la seguridad en las labores subacuáticas.

PRINCIPALES DISPOSICIONES DEL DOCUMENTO

  1. Reconocimiento del contrato de buceo:
    El proyecto de ley introduce un contrato de trabajo específico para los buzos profesionales, reconociendo las particularidades de su labor. Este contrato regularía no solo las actividades de buceo, sino también las labores conexas, como las inspecciones y reparaciones que requieren la intervención de buzos en instalaciones acuícolas e industriales.Se incluye una definición clara del contrato de buceo, diferenciándolo de otros contratos especiales, como los de trabajadores embarcados o portuarios. Se excluyen de esta regulación las actividades recreativas o deportivas, así como el personal de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública.
  2. Salud y seguridad laboral:
    El proyecto establece la obligación de los empleadores de proporcionar todos los medios técnicos necesarios para que los buzos puedan desempeñar sus labores de manera segura. Esto incluye el registro del tiempo de inmersión y el control de la jornada laboral mediante sistemas electrónicos, para evitar el exceso de tiempo en condiciones de riesgo.Se contempla la dotación de seguridad, que incluye a todas las personas encargadas de asegurar el correcto desarrollo de las actividades subacuáticas. Esta dotación variará según las condiciones de trabajo, y su correcta implementación será regulada por un reglamento específico.
  3. Responsabilidad del dueño de la obra o faena:
    El proyecto subraya la responsabilidad del dueño de la obra o faena, así como de la empresa principal que contrata los servicios de buceo, de garantizar que las empresas contratistas o subcontratistas cumplan con las normativas de seguridad. Esto incluye la provisión de equipos adecuados, certificación de herramientas y control de infraestructura, como balsas y jaulas.También se impone la obligación de disponer de procedimientos de salvamento, primeros auxilios, y control de la presión y el tiempo de inmersión para evitar accidentes como los relacionados con la descompresión.
  4. Registro de inmersiones y equipamiento:
    Las empresas de buceo deberán mantener un registro electrónico de las inmersiones realizadas por los buzos, incluyendo el tiempo de inmersión, la profundidad y los periodos de descanso necesarios tras cada operación. Este registro debe estar disponible para las autoridades competentes, facilitando la fiscalización remota y presencial de las condiciones de trabajo.Adicionalmente, se deberán mantener registros de los equipos utilizados, verificando su correcto estado y certificación para garantizar que cumplan con los requisitos técnicos necesarios para la seguridad en las inmersiones.
  5. Subcontratación y supervisión:
    En caso de que el buceo se realice bajo régimen de subcontratación o servicios transitorios, la empresa principal o usuaria será responsable de supervisar que las empresas contratistas cumplan con las normativas de seguridad y salud laboral. Se deberá verificar que los equipos y herramientas estén en condiciones óptimas, especialmente aquellos destinados a medir el tiempo y la profundidad de las inmersiones.
  6. Reglamentación y normas específicas:
    El Ministerio del Trabajo y Previsión Social, en conjunto con la Dirección del Trabajo y la Dirección General de Territorio Marítimo y Marina Mercante (DIRECTEMAR), deberá elaborar un reglamento específico que establezca las condiciones técnicas y de seguridad aplicables a las labores de buceo. Este reglamento incluirá las especificaciones para los equipos, las medidas preventivas y los tiempos de descanso, entre otros aspectos cruciales para la seguridad de los buzos.Asimismo, los organismos encargados de la fiscalización tendrán la facultad de supervisar el cumplimiento de las normativas, tanto de manera remota como presencial, para asegurar que las condiciones laborales de los buzos se ajusten a los estándares establecidos.

VIGENCIA Y APLICACIÓN

El proyecto de ley entrará en vigencia el primer día del sexto mes siguiente a su publicación en el Diario Oficial. Durante este periodo, se deberá dictar el reglamento que complemente la ley y se establecerán los procedimientos para la implementación de los sistemas de registro electrónico.


Aportaciones del Movimiento Buzos Profesionales de Chile

Tres miembros de este colectivo asistieron a la Comisión de Trabajo y Seguridad Social para exponer sus aportaciones al proyecto, con objeto de dotarlo de una mayor integridad y cohesión para lograr una mayor protección de los profesionales.

Javier Huichalaf, Coordinador Nacional del Movimiento Buzos Profesionales de Chile, presentó su intervención para analizar el impacto del proyecto de ley sobre la protección de los buzos profesionales. El movimiento surgió tras la eliminación del requisito de nacionalidad chilena para optar a matrículas de buceo de la Armada, lo que generó preocupación entre los profesionales por sus efectos en la economía y la seguridad nacional. Huichalaf valoró positivamente el proyecto, ya que reconoce por primera vez contratos laborales específicos para buzos, pero destacó áreas que necesitan mejoras.

Cámaras hiperbáricas y Seguridad

Uno de los temas principales fue la necesidad de cámaras hiperbáricas y personal capacitado, como enfermeros de sumersión y médicos hiperbáricos, para proteger la salud de los buzos que realizan tareas a profundidades mayores de 40 metros. Huichalaf sugirió que la Inspección del Trabajo supervise su cumplimiento. En la industria salmonera, propuso implementar cámaras hiperbáricas móviles en zonas clave como Chiloé y Aysén, adaptándose a los movimientos de los centros de trabajo.

Imagen de la Comisión de Trabajo.
Seguro de vida y cobertura de accidentes

Otro punto crucial fue la necesidad de un seguro de vida y seguro de accidentes laborales específicos para los buzos. Aunque teóricamente existen, Huichalaf indicó que en la práctica no hay certezas sobre su correcta aplicación. Solicitó que la ley obligue a los empleadores a contratar estos seguros para proteger a los trabajadores ante accidentes graves o fallecimientos.

Licencia de buceo y empleabilidad

Huichalaf insistió en que las licencias de buceo deberían ser exclusivas para chilenos, debido a la alta cesantía en el sector, y propuso que la Inspección del Trabajo fiscalice el cumplimiento de este requisito, asegurando la prioridad de los trabajadores nacionales.

Enfermedades profesionales y cobertura médica

El movimiento también exigió el reconocimiento de enfermedades profesionales asociadas al buceo, como la osteonecrosis disbárica y la enfermedad descompresiva, que actualmente no tienen reconocimiento oficial ni ofrecen protección social. Huichalaf propuso programas de reinserción laboral para buzos discapacitados por accidentes y un registro nacional de accidentes de buceo para coordinar mejor las estadísticas entre las distintas instituciones.

Exámenes preocupacionales y cotizaciones para jubilación

Huichalaf mencionó la necesidad de que los exámenes preocupacionales de buceo sean válidos para todas las empresas durante un año, ya que actualmente los buzos deben repetirlos innecesariamente varias veces. También solicitó la automatización de las cotizaciones para la jubilación anticipada, ya que muchos buzos no reciben este beneficio debido a la falta de cumplimiento de los empleadores.

Procedimientos de trabajo y formación

El coordinador propuso la estandarización de procedimientos de trabajo en la industria del buceo para evitar confusión y mejorar la respuesta ante emergencias. Además, insistió en que se deben crear directrices nacionales para la formación de buzos, con competencias certificadas por organismos oficiales, asegurando una preparación adecuada antes de asumir trabajos de alto riesgo.

En resumen, Huichalaf enfatizó que el proyecto de ley es un avance positivo, pero aún requiere mejoras significativas para garantizar la seguridad, salud y empleabilidad de los buzos profesionales en Chile.

Por su parte, Jaime Saavedra, asesor del Movimiento Buzos Profesionales de Chile, destacó la necesidad urgente de mejorar las condiciones de seguridad y de regular adecuadamente la actividad del buceo industrial en Chile. En su intervención, Saavedra abordó varias problemáticas y propuestas específicas para el proyecto de ley de protección del buzo profesional actualmente en discusión.

Diferencias entre sectores de buceo

Saavedra subrayó las diferencias significativas entre el buceo en sectores como la construcción marítima, el salvataje y el mantenimiento de terminales, en comparación con el buceo en la industria de la salmonicultura, que presenta deficiencias graves en cuanto a normas y equipos. Si bien algunos sectores, como la minería, han logrado implementar estándares de seguridad más rigurosos, el buceo en salmonicultura carece de estos controles, exponiendo a los buzos a riesgos innecesarios.

Normativas de seguridad y tablas de descompresión

Uno de los puntos clave fue la obsolescencia de las tablas de descompresión que utilizan muchas empresas en Chile. Aunque algunas han adoptado la versión actualizada del USN Diving Manual Rev 7, muchas otras siguen utilizando tablas anticuadas que datan de 1956. Saavedra exigió que la nueva legislación obligue a todas las empresas a utilizar las tablas de descompresión más actualizadas, así como garantizar el uso de equipos de buceo modernos y certificados.

Estándar de buceo minero y su aplicación parcial

Saavedra explicó que el estándar de buceo minero, implementado en Chile tras un accidente fatal en la Minera Escondida en los años 2005-2006, ha sido un avance importante para la seguridad en las operaciones de buceo en la minería. Sin embargo, este estándar solo se aplica durante las fases de construcción de proyectos, y una vez que se licitan los contratos de mantenimiento, las empresas tienden a reducir los costos, sacrificando la seguridad de los trabajadores.

Imagen de la Comisión de Trabajo

Implementación del estándar ADCI

Saavedra abogó por la adopción más amplia del estándar ADCI (Association of Diving Contractors International) en Chile, que incluye procedimientos de emergencia, requisitos médicos, capacitación y certificaciones. Si bien reconoció que no todas las empresas de buceo podrían implementar el estándar completo de inmediato, destacó que se podrían adoptar los puntos más importantes, como la certificación de competencias y los procedimientos de emergencia, para mejorar la profesionalización del sector y abrir nuevas oportunidades laborales para los buzos.

Falta de cobertura médica y acceso a cámaras hiperbáricas

Otro punto crítico de su intervención fue la falta de especialistas en medicina hiperbárica en los hospitales públicos y la limitada disponibilidad de cámaras hiperbáricas en ciertas regiones del país. Según Saavedra, los buzos a menudo se ven desprotegidos ante emergencias, ya que las opciones de tratamiento son limitadas o inexistentes en muchas áreas. Propuso que las empresas cuenten con cámaras hiperbáricas y especialistas in situ para tratar de inmediato cualquier accidente descompresivo, evitando los largos procedimientos actuales que pueden empeorar la situación de los trabajadores afectados.

Sistema de registro y control de tiempos de buceo

Saavedra también resaltó la importancia de implementar un sistema de registro y control que monitoree los tiempos de buceo y el estado de salud de los buzos en tiempo real. Mencionó que una empresa en particular ya ha desarrollado un sistema de auditoría que registra todos los pasos previos, durante y después de la inmersión. Este tipo de tecnología, señaló, debería ser adoptado por todas las empresas y estar vinculado a las autoridades competentes para mejorar la respuesta en caso de accidentes.

Propuestas adicionales

Entre otras propuestas, Saavedra sugirió que se añada la calificación de “buzo profesional” en las cédulas de identidad de los trabajadores para que el personal médico pueda actuar rápidamente en caso de emergencia. Además, propuso la introducción de dispositivos similares a las cajas negras de los aviones, que registran los datos exactos de las inmersiones sin posibilidad de manipulación, lo que ayudaría en la evaluación de accidentes.

Por último, la Dra. Tania Capote, especialista en medicina hiperbárica y asesora médica del Movimiento, destacó la urgencia de desarrollar esta especialidad en Chile para mejorar el tratamiento de enfermedades asociadas al buceo y otras actividades de alto riesgo, como la minería.

Equipamiento y capacitación médica

Actualmente, la falta de un sistema robusto y la carencia de equipos y profesionales capacitados están afectando la atención médica en zonas cruciales como Los Vilos, donde los accidentes de buceo son tratados con retraso debido a la ausencia de cámaras hiperbáricas y médicos especializados.

Expansión de la medicina hiperbárica

Asimismo, informó que la expansión de la medicina hiperbárica podría mejorar el acceso equitativo a tratamientos médicos en regiones rurales y costeras, beneficiando a trabajadores de sectores desatendidos como la pesca y la minería. La implementación de esta especialidad no solo abordaría las desigualdades en salud, sino que también contribuiría a la justicia social al mejorar la calidad de vida de comunidades vulnerables.

Finalmente, acoto, la falta de reconocimiento de la medicina hiperbárica como especialidad médica impide su desarrollo adecuado en el país. Al respecto, propuso que invertir en esta tecnología y en la formación de personal no solo permitirá a Chile posicionarse como un referente en la prevención y tratamiento de enfermedades industriales, sino que también generará empleos y contribuirá al desarrollo económico y social del país.


Aportaciones del Sindicato Independiente de Mujeres Buzos Profesionales de Chile (S.I.M. B.U. PRO)

Representantes del sindicato en la Comisión del Trabajo y Seguridad Social con el Diputado Mauro González
El Sindicato Independiente de Mujeres Buzos Profesionales de Chile (S.I.M. B.U. PRO) ha participado activamente en las discusiones sobre el proyecto de ley de protección del buzo profesional, destacando la importancia de incluir diversas mejoras para garantizar condiciones más seguras y equitativas para los buzos en Chile. A continuación se resumen sus principales aportaciones:

Cuota de género y equidad en la ley

El sindicato considera urgente incluir una cuota de género para el personal marítimo que obtenga matrículas de la Armada, ya sean buzos o supervisores. Esto fomentaría la inclusión y el acceso de mujeres en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Asimismo, es esencial asegurar que la ley aborde la igualdad salarial y el acceso equitativo a la capacitación, lo que permitiría a las mujeres desarrollarse profesionalmente y avanzar en sus carreras en igualdad de condiciones con los hombres.

Regulación de las cámaras hiperbáricas y su operación

El sindicato resalta la necesidad de regular el uso de cámaras hiperbáricas y contar con personal capacitado para operarlas, ya que las enfermedades descompresivas pueden ser mortales si no se tratan adecuadamente. Por lo tanto, es fundamental que la ley establezca la obligatoriedad de que las empresas cuenten con estas cámaras y especialistas médicos en trabajos que involucren profundidades mayores de 40 metros, siendo supervisado por la Inspección del Trabajo para asegurar su cumplimiento.

Inclusión de todo el buceo profesional bajo la misma regulación

El S.I.M. B.U. PRO está en contra de dividir la regulación entre el buceo comercial y el buceo bentónico, ya que todos los buzos enfrentan los mismos riesgos hiperbaricos. Proponen una normativa unificada que proteja a todos los buzos bajo los mismos estándares de seguridad, contratación y condiciones laborales.

Prohibición del uso de hooka o scuba en trabajos comerciales

El sindicato apoya la prohibición del uso de hooka o scuba en trabajos con fines de lucro, debido a los riesgos adicionales que presentan estas técnicas en las condiciones submarinas de Chile, como corrientes fuertes y baja visibilidad. En su lugar, se debe priorizar el uso de equipos de suministro desde la superficie, que ofrecen mayores garantías de seguridad.

Reconocimiento de la figura del buzo profesional y protección laboral

Una de las principales propuestas del sindicato es que el reconocimiento de la figura laboral del buzo profesional en la ley también conlleve mejoras en protección laboral, cobertura de salud, cotizaciones y jubilaciones. Dado el riesgo y las condiciones extremas del trabajo subacuático, consideran que debería clasificarse como “trabajo pesado”, permitiendo una jubilación anticipada y condiciones laborales más seguras.

Responsabilidad de las empresas en los protocolos de seguridad

El sindicato celebra que el proyecto de ley responsabilice a las empresas mandantes por los accidentes que ocurran bajo su supervisión. Esto obligaría a las compañías a seguir rigurosamente los protocolos de seguridad y a garantizar que los equipos utilizados estén en condiciones óptimas, lo que mejoraría significativamente la seguridad de los trabajadores.

Necesidad de unidad entre colectivos y agrupaciones

Finalmente, el sindicato subraya la importancia de que las distintas agrupaciones de buzos trabajen unidas para fortalecer su voz y capacidad de negociación. La colaboración entre los colectivos es crucial para impulsar cambios significativos en el sector y mejorar tanto la seguridad como las condiciones laborales para todos los buzos en Chile.

En resumen, las propuestas del S.I.M. B.U. PRO buscan garantizar un marco normativo más inclusivo y seguro para los buzos en Chile, con un énfasis en la equidad de género, la protección laboral y la seguridad en el trabajo subacuático.

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