Codo con codo: buzos comerciales y ROVs en las operaciones subacuáticas

FOTO: Octo Diving

Buzos comerciales y ROVs en las operaciones subacuáticas

Cada vez son más las compañías que incorporan estos drones submarinos a sus equipos para aumentar la seguridad de los buzos y mejorar la eficiencia de sus servicios bajo el agua.

A medida que la industria marítima continúa evolucionando, el debate sobre el despliegue de buzos humanos o ROV (vehículos operados a distancia) de última generación para tareas submarinas gana importancia. El complejo proceso de toma de decisiones a menudo gira en torno a factores como la complejidad de la tarea, las condiciones ambientales y las preocupaciones de seguridad.

Si bien la pregunta puede ser simple, la respuesta a menudo no lo es tanto y depende de una multitud de factores, como el alcance de una tarea, el entorno, las condiciones operativas o la complejidad del proyecto. Igualmente, la seguridad del equipo y el coste son dos factores comunes que los contratistas valoran a la hora de tomar este tipo de decisiones.

En última instancia, la clave para mejorar cualquier trabajo subacuático suele ser el uso de ROV junto con los buzos. Ambos métodos pueden ser la elección correcta en cualquier situación dada, pero el objetivo principal es encontrar un método rentable y seguro para cada tarea en cuestión, y tomar una decisión informada entendiendo las capacidades de cada método y aprovechando la sinergia de su potencial colaborativo.

Trabajo en equipo

Si bien es importante reconocer que ciertas reparaciones y tareas requieren la experiencia de un buzo comercial, utilizar un ROV para las inspecciones puede salvar a buzos altamente capacitados para sus funciones especializadas. Al asignar los trabajos de inspección más simples a un ROV, se reducen los costos de buceo y los proyectos se vuelven más seguros y sencillos. Las inspecciones previas realizadas por un ROV permiten una mejor utilización del tiempo en el fondo y permiten un seguimiento cercano del buceador para mejorar la seguridad mientras se concentra en sus tareas específicas.

Si bien es importante reconocer que ciertas reparaciones y tareas requieren la experiencia de un buzo comercial, utilizar un ROV para las inspecciones puede salvar a buzos altamente capacitados para sus funciones especializadas

Esta versatilidad y rentabilidad de los ROV submarinos los convierte en un activo valioso en la industria del buceo comercial. Si bien los robots submarinos no reemplazan todos los trabajos de buceo comercial, su uso ofrece importantes beneficios en términos de costo, seguridad y eficiencia. Al aprovechar los ROV para las inspecciones, las organizaciones pueden ahorrar en gastos de buceo, asignar buzos altamente capacitados para tareas especializadas, como tareas extensas de limpieza y soldadura, e inspecciones que requieren la destreza y la inteligencia humana de un buceador.

 

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Análisis de seguridad en las operaciones submarinas

Las operaciones submarinas son, en última instancia, peligrosas para el personal humano. No importa la situación, siempre existe un riesgo inherente al enviar buzos bajo el agua. Esto hace que la seguridad sea un componente clave en las operaciones marítimas. Los ROV pueden ayudar a mitigar estos riesgos, ya que pueden operar en condiciones que pueden ser peligrosas o inaccesibles para los buzos, como profundidades extremas, ambientes tóxicos o áreas con altas corrientes, sin riesgo de problemas de seguridad. Esto permite que el buzo pueda realizar los trabajos donde realmente es eficiente sin estar sometido a peligros evitables.

 

¡No se trata de elegir uno u otro!

Al comparar buzos y ROV, es importante reconocer que no se trata de elegir uno sobre el otro. Tanto los buzos como los ROV tienen sus propias fortalezas y aplicaciones únicas, y pueden complementarse entre sí en la mayoría de los escenarios. La clave radica en comprender los requisitos específicos de la tarea en cuestión y aprovechar las capacidades tanto de los buceadores como de los ROV para maximizar la eficiencia y la seguridad, tanto para el contratista como para el cliente.

Al comparar buzos y ROV, es importante reconocer que no se trata de elegir uno sobre el otro. Tanto los buzos como los ROV tienen sus propias fortalezas y aplicaciones únicas, y pueden complementarse entre sí en la mayoría de los escenarios

Los buzos aportan un toque humano y adaptabilidad a las operaciones submarinas. Su capacidad para interactuar directamente con el entorno, realizar tareas prácticas y tomar decisiones en tiempo real basadas en su experiencia es invaluable. Los buzos se destacan en situaciones que exigen destreza manual compleja, observación cercana y habilidades para resolver problemas. Su presencia permite una respuesta inmediata y flexibilidad en entornos submarinos dinámicos.

Comparativamente, los ROV ofrecen claras ventajas en términos de alcance, resistencia y recopilación de datos. Los ROV pueden operar a mayores profundidades y en entornos peligrosos con tiempo de fondo ilimitado, donde los buzos humanos pueden enfrentar riesgos para su seguridad. Equipados con sistemas de imágenes, sensores y manipuladores avanzados, los ROV pueden proporcionar datos visuales de alta calidad, realizar tareas precisas y recopilar información valiosa sin las limitaciones de la fisiología humana.

También son especialmente útiles para inspecciones de larga duración, operaciones repetitivas y operaciones en condiciones extremas.

Al combinar las fortalezas de los buzos y los ROV, las organizaciones pueden lograr resultados óptimos. Por ejemplo, durante una inspección submarina, se puede desplegar primero un ROV para realizar un estudio preliminar, identificar riesgos potenciales o áreas de interés y proporcionar una descripción general completa del sitio.

Estos datos luego se pueden utilizar para informar decisiones sobre el despliegue de buzos para un examen más detallado o tareas específicas que requieran su experiencia.

De esta forma, el ROV actúa como una valiosa herramienta de reconocimiento, ahorrando tiempo y minimizando riesgos para los buceadores.

 

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Operaciones complejas

En operaciones complejas, los buzos y los ROV pueden trabajar en colaboración, y el ROV ayuda a los buzos proporcionándoles transmisiones de vídeo en tiempo real, iluminación adicional o apoyo para levantar objetos pesados.

Los buzos pueden concentrarse en tareas críticas mientras aprovechan las capacidades del ROV para mejorar su eficiencia y seguridad. Esta combinación de habilidades humanas y soporte tecnológico crea una poderosa sinergia, maximizando la efectividad general de la operación.

En última instancia, la decisión de utilizar buzos, ROV o una combinación de ambos depende de factores como la naturaleza de la tarea, la profundidad, las condiciones ambientales, las consideraciones de seguridad y la rentabilidad.

La decisión de utilizar buzos, ROV o una combinación de ambos depende de factores como la naturaleza de la tarea, la profundidad, las condiciones ambientales, las consideraciones de seguridad y la rentabilidad.

Al reconocer las fortalezas únicas de los buzos y los ROV y emplearlos estratégicamente, las organizaciones pueden aprovechar los beneficios de ambos enfoques y lograr resultados óptimos en las operaciones submarinas. No se trata de elegir uno u otro, sino de utilizar la herramienta adecuada para el trabajo adecuado para garantizar los mejores resultados posibles.

Unir fuerzas

Aprovechar las fortalezas combinadas de los ROV y los buzos crea el equipo definitivo para abordar misiones submarinas de manera efectiva. En lugar de debatir la elección entre ROV o un buzo, la atención debería centrarse en explorar cómo pueden trabajar en sinergia, reducir costos, mejorar la seguridad y mejorar las metodologías de trabajo subacuático.

“Siempre existe un riesgo inherente para el buceador. Pero desde hace años, la tecnología permite utilizar otros métodos para realizar las tareas más peligrosas, de modo que no se comprometa la seguridad del buzo innecesariamente”.

Mike Fletcher, buzo comercial

En este sentido, el buzo comercial y reconocido buceador de pecios, Mike Fletcher, afirma que “siempre existe un riesgo inherente para el buceador”. Pero que “desde hace años, la tecnología permite utilizar otros métodos para realizar las tareas más peligrosas o que entrañan más situaciones variables, de modo que no se comprometa la seguridad del buzo innecesariamente”.

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