El protocolo inicial en un accidente es esencial para los médicos de urgencias

La importancia del protocolo inicial en urgencias de buceo

Cada año se reportan en España decenas de accidentes relacionados con el buceo. Muchos de ellos son atendidos por médicos sin formación específica en medicina hiperbárica. Este artículo propone un protocolo simplificado para actuar con eficacia desde el primer contacto en urgencias hospitalarias.

El problema real en urgencias

Los accidentes de buceo constituyen una patología específica, asociada principalmente a los cambios de presión durante la inmersión, que puede desencadenar complicaciones graves si no se actúa de forma adecuada desde el primer contacto médico.

Aunque los especialistas en medicina hiperbárica y subacuática disponen de protocolos consolidados para la atención de estas situaciones, la realidad en los servicios de urgencias hospitalarios generales es diferente.

En muchos hospitales generales, los accidentes de buceo son atendidos por médicos de urgencias que carecen de formación específica en medicina hiperbárica y de recursos especializados, como cámaras hiperbáricas, lo que coloca a estos profesionales sin experiencia previa en una posición de incertidumbre ante un paciente accidentado durante una inmersión.

Esta situación se complica aún más en zonas donde se practica buceo recreativo no regulado o pesca submarina clandestina, en las que los pacientes pueden ocultar información por miedo a sanciones, retrasando el diagnóstico y tratamiento adecuados.

Tanto el orden como la rapidez en los pasos de actuación resultan esenciales para que el tratamiento sea eficaz y se minimicen las potenciales secuelas

Guía de actuación inmediata

La atención médica oportuna en estas situaciones puede marcar la diferencia entre una recuperación completa o la aparición de secuelas graves. Sin embargo, la ausencia de protocolos claros y adaptados a entornos generalistas limita la capacidad de respuesta de los profesionales sanitarios.

Por tanto, es necesario facilitar herramientas prácticas que permitan una actuación rápida, eficaz y segura desde el primer momento, independientemente de la experiencia previa del profesional.

En este sentido, el autor presenta el diseño de una guía práctica, clara y accesible, orientada a médicos de urgencias sin experiencia previa en accidentes de buceo, ofreciendo un protocolo simplificado y adaptado a la realidad hospitalaria generalista.

El protocolo se ha basado en las recomendaciones de entidades internacionales como Divers Alert Network (DAN) y, el European Resuscitation Council (ERC).

Ante un accidente de buceo, una actuación rápida y ordenada es esencial, y existen medidas clave que pueden aplicarse de inmediato para estabilizar al paciente y mejorar su pronóstico:

  • Oxigenoterapia al 100% normobárica inmediata: esta medida es fundamental para reducir la burbuja gaseosa responsable de los síntomas.
  • Hidratación intravenosa (IV): usar soluciones isotónicas y si el paciente está consciente y puede tragar, también se permite hidratación oral abundante.
    Protección térmica activa: mantener al paciente abrigado para prevenir hipotermia, que puede empeorar el cuadro clínico.
  • Posicionamiento seguro: evitar posiciones que comprometan la respiración. La posición horizontal o semisentado suele ser adecuada, excepto si hay signos de barotrauma pulmonar.
  • Traslado precoz a un centro hiperbárico: Si es necesario transporte aéreo, debe controlarse la cota y realizarse en aeronaves con cabina presurizada.

Estas medidas deben iniciarse sin esperar a confirmar el diagnóstico. El principio de actuación precoz es clave en medicina hiperbárica: cuanto antes se apliquen estos pasos, mejor será la evolución clínica.

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Errores comunes a evitar

En la atención inicial de accidentes de buceo, algunas intervenciones mal orientadas pueden generar más daño que beneficio. Por eso, es fundamental tener claro qué no debe hacerse en estos casos. Por lo tanto, algunos ejemplos de intervenciones desaconsejadas son:

  • No administrar ácido acetilsalicílico (AAS): aunque en algunos contextos se ha sugerido su uso por su efecto antiagregante, no está recomendado en la fase aguda de un accidente disbárico. Su administración puede aumentar el riesgo de hemorragias, especialmente si el paciente presenta afectación neurológica o pulmonar.
  • No demorar la oxigenoterapia: esperar a la confirmación diagnóstica antes de iniciar el oxígeno puede retrasar una intervención que es segura, eficaz y que no requiere equipamiento especializado.
  • No subestimar síntomas leves: signos como parestesias, dolor muscular o disnea leve pueden ser indicios de un accidente descompresivo en evolución. Actuar desde el inicio es crucial.
  • Evitar vuelos sin cabina presurizada: la exposición a altitudes sin presurización puede agravar el cuadro clínico. Si el traslado es aéreo, debe ser en condiciones controladas.

Estos errores son frecuentes en contextos donde el buceo no es habitual o el personal médico no cuenta con experiencia específica. Por ello, protocolos claros y accesibles como el propuesto pueden marcar una diferencia significativa.

Recursos digitales como smartphones o códigos QR son herramientas muy efectivas para acceder de forma rápida a estos protocolos

Difusión y utilidad práctica

El protocolo fue presentado como comunicación oral en el 4º Congreso Nacional de Medicina Hiperbárica y Subacuática (ASEMHS), celebrado en Cádiz en marzo de 2025, con el objetivo de promover su implementación en hospitales que no cuentan con personal especializado ni recursos hiperbáricos.

Dada su estructura sencilla y enfocada en la actuación inmediata, se proyecta como una herramienta de uso práctico en servicios de urgencias generales, especialmente en centros alejados de instalaciones hiperbáricas.

Como propuesta de difusión se plantea su adaptación en diversos formatos, para facilitar su consulta y aplicación, como puede ser en formato póster para exposición en salas de urgencias y en versión digital interactiva, accesible por código QR, para su consulta rápida desde dispositivos móviles.

En ambas propuestas se incluyen mapas de referencia con la localización de centros hiperbáricos accesibles a nivel nacional.

El objetivo a medio plazo es incorporar este protocolo en la formación interna de los equipos de urgencias, favoreciendo una respuesta más eficaz y coordinada ante este tipo de emergencias.

Conclusión

La atención médica inicial ante un accidente de buceo es decisiva para el pronóstico del paciente. En contextos donde no hay especialistas en medicina hiperbárica, contar con una guía simplificada permite actuar con rapidez, seguridad y eficacia.

Este protocolo busca precisamente eso, ser una herramienta práctica para médicos de urgencias, fácil de implementar y basada en las recomendaciones internacionales más actualizadas. Su enfoque directo en cinco pasos clave; oxigenoterapia, hidratación, protección térmica, posición segura y traslado precoz, lo convierte en un recurso adaptable a distintos entornos hospitalarios.

Su integración en pósters, plataformas digitales o programas de formación interna puede fortalecer la respuesta del sistema sanitario ante un tipo de urgencia poco frecuente, pero potencialmente grave.

Sobre Carlos Pérez Pérez

El doctor Carlos Pérez Pérez es Profesor Ayudante Doctor en el Departamento de Medicina y Cirugía de la Universidad de Cádiz (UCA), e integrante del grupo de investigación CTS1152 “Fisioterapia, Actividad Física y Deporte”, dentro del programa PAIDI.

Doctor Carlos Pérez Pérez

Actualmente, sus líneas de investigación se centran en la medicina subacuática e hiperbárica y en la aplicación de la actividad física en población sana expuesta a entornos ambientales patológicos y con riesgo cardiovascular.

Cuenta con las certificaciones Advanced Open Water Diver y Rescue Diver, lo que enriquece su perfil investigador en el ámbito práctico-vivencial del buceo y la fisiología hiperbárica.

Su trayectoria académica y científica refleja un compromiso constante con la mejora de la salud y el rendimiento humano desde un enfoque interdisciplinar, consolidando su participación activa en el desarrollo del conocimiento dentro del ámbito biomédico en la Universidad de Cádiz.

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