La familia de un joven buceador veleño lo da por desaparecido en aguas gaditanas

Fidel Jiménez Marín, el buceador desaparecido desde el domingo 22 en aguas de aguas gaditanas.

Buceador desaparecido en aguas gaditanas

Sin rastro de Fidel desde el pasado domingo al mediodía. La familia de este buceador veleño de 23 años, que desde hace semanas residía en Barbate para compaginar un trabajo en hostelería con su pasión por la pesca submarina, casi lo da ya por muerto. «Tenemos muy pocas esperanzas de encontrarlo con vida, porque subió un momento a la superficie y ni sacó la cabeza. Los compañeros que estaban con él apenas vieron la coronilla y luego se quedaron a un metro de distancia, porque la corriente lo volvió a hundir, y encima el agua estaba bastante turbia en ese momento».

El conmovedor relato de la madre de Fidel Jiménez Marín estremece. Montserrat sostiene que a su hijo mayor (tiene otro de apenas diez años) le apasionan todos los deportes de riesgo desde muy pequeño: «Empezó a pescar con cinco o seis años y a bucear cuando tenía diez. Ya tuvo un susto, al engancharse el arpón. Su padre, que ni siquiera sabe nadar, le regaló una navaja para que siempre la llevaba cuando buceara».

El matrimonio recibió la visita de la Policía Nacional el domingo a la siete de la tarde. Nada más saber de la desaparición de Fidel se trasladó a Barbate. «Hemos pasado toda la noche deambulando por las calles del pueblo. Íbamos del cuartel a la playa, hacia arriba. Hasta que por la mañana ha empezado la búsqueda por parte de las autoridades, con buzos profesionales, y luego por el aire. Ya ha caído la noche y no tenemos noticias», aclara la progenitora.

Ella teme además por la salud de su marido, transplantado de riñón y páncreas: «A última hora de este lunes ha empezado a sufrir calambres de tantas horas sin parar y, gracias al Ayuntamiento, nos han facilitado un hostal donde al menos vamos a intentar descansar», expresaba al cierre de esta edición.

«Con algo así, siendo tu hijo tan joven, se te viene el mundo encima. Él estaba en la flor de la vida. Fidel era una persona muy activa, muy alegre y también muy trabajadora. Se pasó todo el invierno en Inglaterra trabajando para aprender el idioma. Luego se vino a Vélez, en mayo, para trabajar en el catamarán en el puerto de Caleta. Pero decía que estaba como entre cuatro paredes, que tenía que irse a otro sitio. Por eso se había sacado el curso de buzo de hasta 30 metros y al encontrar trabajo en una pizzería de Barbate, se trasladó y empezó a compaginar sus turnos de tarde con el buceo por la mañana», agrega Montserrat.

Lamenta la madre que, con esa «pasión por la adrenalina» y la falta de experiencia en aguas abiertas del Atlántico, con corrientes «muy diferentes a las de la Axarquía», se pusiera a bucear «tomando demasiados riesgos». Por ello, aconseja a otros jóvenes «que sepan lo que hacen cuando tomen ciertas decisiones, propias de la edad», añade.

Ahora el matrimonio sólo espera que los agentes que rastrean la costa, a unas cinco millas de Barbate, «encuentren a Fidel. Que me lo pueda como mínimo llevar a Vélez. Poca ayuda puede proporcionarnos cualquier otra cosa. Su padre está enfermo y esperemos que aguante a verlo. Porque sinceramente no tenemos esperanzas de encontrarlo vivo», comentaba la madre a este diario.

FUENTE: La Opinión de Málaga

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